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    Magno-Garcimarrero

    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

     

    El abogado Magno Garcimarrero Ochoa es un personaje de la vida cultural de Veracruz y, particularmente, de la capital del estado; hace más de una década, también era referente de la izquierda veracruzana; por el PRD, fue diputado en la Legislatura Local y después, suplente del senador Heberto Castillo Martínez. En 1997, debido a la muerte del ingeniero Castillo, Magno llegó a la Cámara Alta. Se le recuerda, además, por sus propuestas para defender a los centros históricos de algunas ciudades de Veracruz y para la protección de los animales.

    Más recientemente, hace una década, Garcimarrero Ochoa fue secretario del ayuntamiento de Xalapa.

    Ha escrito diez libros pero lo que llama la atención ahora, su trabajo más reciente, es un estudio sobre el tema de la voluntad anticipada y la iniciativa correspondiente para que el Congreso local legisle en esa materia.

    La voluntad anticipada es la decisión de una persona para ser sometida o no a tratamientos médicos para prolongar la vida, cuando se encuentra en etapa terminal.

    En una larga plática con Magno Garcimarrero, explica que el objetivo de esta figura jurídica, que ya se aplica en varias entidades del país, es evitar la obstinación terapéutica; es decir, el uso de métodos médicos desproporcionados o inútiles, dada la gravedad del paciente, con el objeto de alargar la vida, cuando el enfermo ya se encuentra en agonía.

    La propuesta fue presentada a dos diputados que en la Legislatura del estado representan a expresiones de la izquierda, Fidel Robles Guadarrama, del Partido del Trabajo; y Cuauhtémoc Pola Estrada, del Movimiento Ciudadano.

    El tema no es nuevo en el país: fue legislado inicialmente en el Distrito Federal en 2008; posteriormente fue aprobado por otras 11 legislaturas estatales, Coahuila, Aguascalientes, Hidalgo, Chihuahua, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Guerrero, Colima y Estado de México.

    Cuando este recurso se aprobó en el Distrito Federal, que cuenta con una ley en la materia, se argumentó que respalda el derecho del paciente a decidir sobre los cuidados que recibirá en la última etapa de su vida.
    Básicamente, la voluntad anticipada sería el equivalente al testamento, que es un instrumento jurídico que indica cómo se debe disponer de los bienes de una persona después de su muerte; en el caso de la figura que propone Magno Garcimarrero, la persona indica cómo quiere que se disponga de su salud, su cuerpo y su vida, en un momento cercano a la muerte, con enfermedad terminal, y en el que ya no sea capaz de decidir por sí misma.

    Aclara que no se trata de un eufemismo que se refiera a la eutanasia o a la muerte asistida, ya que su objetivo no es provocar la muerte o acortar la vida de un enfermo terminal, sino respetar y acompañar el curso natural de la enfermedad en esta etapa. Sin embargo, la iglesia católica ha iniciado un movimiento que incluye la recolección de firmas para proponer al Congreso del estado que el derecho a la vida, desde su concepción, sea incluido en las leyes de la entidad y con esto cerrarían el paso tanto al aborto como a la voluntad anticipada.

    Por cierto, la propuesta que plantea Magno le fue presentada a Héctor Yunes Landa, cuando se encontraba en la campaña rumbo a la Cámara Alta, pero el hoy senador desestimó el asunto porque, evidentemente, no se trata de un tema rentable en términos electorales; veremos ahora si los diputados Robles Guadarrama y Pola Estrada presentan la iniciativa para su debate en la Legislatura local. @luisromero85

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