Casa Veracruz
A mi abuelo Pepe Tubilla
1839 se reconoce oficialmente como el año del nacimiento de la fotografía y a Louis Jacques Mandé Daguerre, como su inventor, en Francia.
A finales de ese mismo año desembarcaron en el Puerto de Veracruz las primeras cámaras importadas por comerciantes franceses, quienes radicaban en nuestro país.
A partir de ahí la fotografía ha sido una forma de expresión que narra un “instante decisivo”, como apuntó Henri Cartier-Bresson. El fotógrafo tiene que enfrentarse a cosas que están en continuo trance de esfumarse. El escritor tiene tiempo para la reflexión; para los fotógrafos lo que pasó, pasó para siempre.
La fotografía siempre es una afirmación porque es un instante, un momento y ¡está ahí!, sin importar si es algo que odias o repruebas, o si es algo que amas o deseas. Es un parpadeo que capta fielmente la realidad.
Las fotografías capturan e inmortalizan los acontecimientos para la posteridad, crean ídolos e ideas.
A manera de anécdota hagamos referencia al acuerdo que alcanzó la empresa Mutual Film Corporation con Francisco Villa. El “rebelde más famoso de la Revolución”, radicado en Chihuahua, ofreció al mejor postor los derechos de su campaña militar; incluso organizaba sus batallas para que coincidieran con horas de sol y esperaba que los operarios colocaran las cámaras antes de lanzar un ataque. Fue así como Villa y Zapata acaban definiendo el arquetipo visual del líder revolucionario.
Así podemos seguir desenredando historias detrás de cada foto. Yo tengo un montón de fotografías del Veracruz antiguo y cada una deja ver mil detalles de cómo era la vida en aquel entonces, cómo vestían, cómo eran las calles, qué tiendas había, cómo se veía el puerto y San Juan de Ulúa. Había una extraña manía de sonreír poco a la cámara, usaban siempre manga larga y había una vasta variedad de modelos de bigotes. Tengo incluso un par de fotos de la invasión norteamericana de 1914 que conseguí en una subasta.
En cien años, cuando los veracruzanos del futuro vean la foto de la colocación de la primera piedra de la Ampliación del Puerto de Veracruz, pensarán lo mismo que yo al ver mi querido archivo de fotos antiguas. “¡Pero mira nada más cómo era la ciudad!”, “¡El Puerto era una cuarta parte de lo que es ahora!”, “¡Ve cómo se vestían!”. Instantes que quedan para la historia.
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