¡LOS POLÍTICOS VERACRUZ ya está en WhatsApp!
Mara Iliana Cruz Pastrana
El derecho es un sistema u orden normativo e institucional que regula la conducta externa de las personas, es una herramienta fundamental para la regulación de las sociedades y la protección de los derechos humanos. Sin embargo, el derecho tradicionalmente ha sido duramente criticado por su falta de sensibilidad hacia la diversidad cultural y la interseccionalidad.
La interculturalidad hace referencia a la interacción y el diálogo entre diferentes culturas. Pero, en el contexto del derecho, la interculturalidad implica reconocer y respetar las diferencias culturales en la aplicación de este, lo que puede incluir la consideración de las prácticas y tradiciones culturales en la resolución de conflictos y la protección de los derechos humanos. La perspectiva intercultural es esencial para promover el respeto a los derechos humanos, sobre todo de los pueblos indígenas.
La interculturalidad no sólo habla de convivencia entre diferentes culturas, sino que ensalza sus diferencias como medio para garantizar una convivencia provechosa para todas ellas, enriqueciéndose mutuamente.
En algunos países, la ley permite la práctica de la mediación comunitaria, lo cual implica la resolución de conflictos a través de la intervención de líderes comunitarios y la aplicación de prácticas y tradiciones culturales. Este tipo de prácticas puede ser especialmente útil en comunidades donde la confianza en el sistema judicial formal es baja.
La interseccionalidad hace referencia a la forma en que diferentes formas de discriminación y opresión se cruzan y se refuerzan mutuamente. En el contexto del derecho, la interseccionalidad implica reconocer cómo las diferentes formas de discriminación, como lo son el racismo, el sexismo, la homofobia y la discapacidad, entre otras, las que se intersectan y afectan a las personas de manera diferente.
El análisis interseccional tiene como objetivo revelar las variadas identidades, exponer los diferentes tipos de discriminación y desventaja que se dan como consecuencia de la combinación de identidades, nos ayuda a entender y a establecer el impacto de dicha convergencia en situaciones de oportunidades y acceso a derechos, y a ver cómo las políticas, los programas, los servicios y las leyes que inciden sobre un aspecto de nuestras vidas están inexorablemente vinculadas a los demás.
Por poner un ejemplo, las mujeres indígenas pueden enfrentar discriminación tanto por su género como por su origen étnico o su situación económica, lo que puede afectar su acceso a la justicia y la protección de sus derechos humanos. Un enfoque interseccional en el derecho implica reconocer y abordar estas formas de discriminación interseccionales.
Un enfoque crítico que incorpore la interculturalidad y la interseccionalidad en el derecho es esencial para una justicia más inclusiva, lo que implica: reconocer y respetar las diferencias culturales y la diversidad en la aplicación del derecho; identificar y abordar las formas de discriminación y opresión que se intersectan y afectan a las personas de manera diferente; desarrollar políticas y prácticas legales que sean sensibles a la diversidad cultural y la interseccionalidad; fomentar la participación y la inclusión de las comunidades marginadas en la toma de decisiones y la formulación de políticas legales.
La interculturalidad y la interseccionalidad son fundamentales para una justicia más inclusiva. Un enfoque crítico que incorpore estas perspectivas es esencial para reconocer y respetar las diferencias culturales y la diversidad, y para abordar las formas de discriminación y opresión que se intersectan y afectan a las personas de manera diferente. Es hora de que el derecho se adapte a la diversidad y se convierta en una herramienta para la justicia y la igualdad para todas, todos y todes.