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    triste

    Erwin S. Barcenas Oliveros

    Un Clavo al Ataúd

     

    Hay un buen tipo, amable, pachanguero, de esos bohemios que se quitan la playera para darla a quien no tiene nada en plena lluvia; es romántico, enamoradizo y a la vez tiene suerte para enamorar a aquellas damas que lo llegan a conocer. Gusta del tequila, el mezcal y las salsas para machos…
    Este buen amigo es bienvenido en las fiestas aunque a veces termine siendo quien la riegue cuando algo se pierde o algo se rompe. Aún así, es querido, no tan respetado como se pudiera imaginar, pero es acogido.
    Déjeme contarle: este amigo ha tenido problemas en casa últimamente. Las cosas no andan tan bien y ha empezado a padecer el abuso de quienes viven con él. De a poco ha ido perdiendo cosas, empeñándolas, vendiéndolas, incluso ha comenzado a robarlas…
    Temo que ya ahora se esté rodeando de ciertas malas compañías. Ama a su esposa aunque a veces le haya fallado de varias maneras y, pues a sus hijos, aunque no los ha dejado totalmente sin comer, se notan tristes y los tiene muy abandonados.
    La mayoría de los que lo conocemos sabemos bien que el vecino de arriba, que maneja mucho dinero de negocios poco claros, le ha estado metiendo ideas, ofreciéndole cosas y a punta de que le deba favores, lo ha alejado de quienes nos preocupamos por él.
    Hace poco, el amigo llegó muy alterado. Algo grave había hecho y mucha gente ha comenzado a buscarlo para reclamarle, vengarse o cobrarle; incluso, en los cibercafés del área, ya varios chavos le han dedicado tuits y estados en el feis: le han tomado fotos y videos donde se nota completamente desconocido… la gente que lo llegó a conocer en mejores tiempos le ha expresado su preocupación y algunos hasta han visitado su antes amena y segura casa para ofrecerle ayuda pero la rechaza, dice que está bien, que se metió a trabajar en un proyecto de gobierno y que a pesar de las apariencias, económicamente va que vuela para mejores lugares, que no debemos estar así: “En serio, no pasa nada, ¡miren! hasta tengo nave nueva”.
    El viernes pasado encontraron a uno de sus niños muerto. Lo habían ido a tirar a un tambo de basura. Fue terrible. Varios de los que tenemos años de estar con él fuimos a buscarlo. Estaba en una esquina reunido con el vecino de arriba y con otros personajes con los que uno no debe juntarse. Parecía en shock pero reía mucho. Sabía lo que había pasado con su niño, pero al acercarnos, México sólo atinó a decirnos: “¡Ya por favor, supérenlo!”

    Twitter: @ataud
    www.zoociedadanonima.com

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