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    Alberto Silva Ramos

    Mónica Camarena Crespo

    Parque Juárez

     

    La comunicación social es quizás, uno de los mayores retos hoy en día en México; a nivel local, municipios y estados, es todavía más complejo el tema. En Veracruz, podría decirse que es lo mayormente arriesgado políticamente hablando.
    Entrarle al tema, es una suerte de ruleta rusa. El numero de medios de comunicación, la cantidad de comunicadores y las exigencias diarias, son difíciles de cubrir.
    En Veracruz lo que abundan son políticos y periodistas; somos comunicadores natos, en cualquier mesa hay un análisis profundo de la situación que se vive. Siempre hay quien sabe más o cuenta con dato interesante.
    Si a todo ello le añadimos las redes sociales, medios inmediatos y convergentes de las noticias y hechos casi en tiempo real, entonces el panorama de la comunicación se convierte en el ejercicio extremo.
    Los tiempos políticos que vivirá el estado de Veracruz, obligan a un ejercicio ambicioso de todos. Nada puede quedar suelto, no es momento de improvisar, es temporada de aprovechar a los hombres y mujeres comprometidos con un mejor rumbo.
    Acaban etapas de algunos que no pensábamos iban a correr riesgos y demostrar capacidad; otros buscan regresar al poder, solo por que es el oxigeno que los hace mantenerse, pero su oportunidad acabo.
    En Veracruz, entre el ultimo mes de este 2014 y los primeros 3 meses del 2015, se van a dar a conocer noticias que tal vez nadie imagina; por fuerza, la elección federal llama la atención de quienes participan, pero arrastra a muchos a involucrarse.
    Varios funcionarios estatales dejaran sus encargos actuales, de hecho ya se despiden, limpian escritorios y arrastran pluma, con las evaluaciones personales de lo que lograron.
    De entre esos que se van para consolidar caminos electorales, esta el todavía Coordinador de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos. Quien llego a un área desordenada, con fuertes problemas, cero credibilidad y desaseo.
    Los detractores apostaron en contra y prefirieron desde barandilla, ver una caída; no fue así. Para la mala suerte de los negativos, el tuxpeño logro zanjar con creces el reto. Como en todo, habrá quienes no piensen igual.
    Pero en el resumen de saldos, en poco tiempo reencauzo el barco que ya se estaba hundiendo sin remedio.
    Logro, sin aspavientos, sin ostentaciones, informar lo que se hacia bien y aclarar incluso de aquellos rumores que antes, se hacían grandes y nadie paraba.
    Deja un espacio difícil, pero en el que hoy en día se puede transitar sin enconos.
    Lo que sigue, ya se vera, por el momento, quien releve a Silva, tiene el mayor reto, si es que esa área, no queda disminuida solo para meros tramites para cerrar sexenio.
    Ágora
    Feliz navidad y mejor año para todos los lectores, nos volvemos a leer en 2015.
    @monicamarena

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