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    Juanelo

    Pablo Jair Ortega

    Columna sin nombre

     

    Desde hace unos días, en Coatepec comenzaron a verse las obras de introducción de tubería en las calles de la entrada de la ciudad. Según versiones extraoficiales, se trata de una obra de al menos 10 kilómetros que llevaría a agua desde la cascada Bola de Oro a comunidades de Coatepec sobre la carretera antigua a Xalapa, mejor conocida como Las Trancas.

    Extraña que esta magna obra no haya sido publicitada por el alcalde Roberto Pérez Moreno; de hecho, las actividades del alcalde son poco conocidas porque se ha aferrado a no comprar espacios en medios de comunicación, como igual tampoco tiene grandes obras qué presumir. Lo suyo, lo suyo, han sido los escándalos como las ejecuciones y secuestros que incluyen el asesinato de su tesorero, el secuestro de un periodista, la desaparición de un articulista del semanario “El Regional” y uno que otro muertito que ha ido apareciendo en veredas del Pueblo Mágico.

    No obstante, Coatepec sigue siendo un paraíso para vivir. Desgraciadamente también lo ha sido para los constructores que han devastado matas de café y parte del bosque de niebla para edificar lotes y fraccionamientos. Desde hace algunos trienios –al inicio del nuevo milenio, para ser más precisos– el gran negocio en el primer Pueblo Mágico de Veracruz ha sido derribar los cafetales que ya no producen las millonadas de dinero para dar paso a viviendas de lujo o mediana clase.

    Algunos proyectos han sido verdaderos absurdos, como el fraccionamiento que se construyó en la salida de Coatepec a Xico, en una curva peligrosa donde cayó alguna vez un camión de pasajeros, justo al lado del río Los Pintores; pues ahí mismo en ese punto a alguien se le ocurrió construir viviendas de mediano costo, sin éxito alguno. La devastación de la naturaleza, en vano, porque nadie ha querido comprar casas ahí.

    Otro problema ha sido el conjunto habitacional “Casas GEO Los Cafetales”, que fue construido y ofertado como casas a bajo precio, pero con falta de señal de telefonía celular y residencial. Aunado a esto, el principal dolor de cabeza es la falta de agua, que literalmente roban con toda impunidad de la estación de Bomberos de Coatepec para transportar en pipas a los tanques elevados de dicho fraccionamiento privado.

    De hecho, el gran problema de Coatepec ha sido que el agua lo han acaparado empresas como la Coca-Cola, a la que el alcalde Miguel Cervantes Sánchez (2000-2004) le dio todas las facilidades para conectarse a la red pública de agua potable.

    La lucha por el agua se ha visto claramente en comunidades como Las Puentes, donde los pobladores han determinado ya no pagarle el servicio a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), por la lucha que se vive entre propietarios de terrenos que también acaparan los manantiales y quieren venderlos a fraccionadores. Mahuixtlán (donde se ubica un ingenio) es otra de las comunidades pertenecientes a Coatepec que no paga por el servicio de agua; administra por sí sola una Junta Local de administración del vital líquido, pero no reporta ingresos a la CMAS.

    Otro caso de propietarios de terrenos que afectan a pobladores con el agua, es el caso de la comunidad Puerto Rico, donde se ubica el famoso “Puente del Diablo” (según la leyenda, una persona retó al pituche para construir un puente sobre el río antes de que cantaran los gallos; pero como veía que el diablo le iba ganando, entonces imitó el canto de un gallo y las demás aves en la cercanía le contestaron, burlando así al demonio).

    En Puerto Rico se sabe que existía un manantial muy abundante de agua, con un foso de al menos 18 pulgadas de ancho por donde surgía el vital líquido. Según cuentan los pobladores, era tanta la cantidad que hasta se escuchaba cómo zumbaba con fuerza al salir de la tierra y las comunidades aledañas no se preocupaban por agua porque de ahí se surtían.

    El problema fue que hace algunos años, el propietario del terreno donde se ubicaba el manantial descubrió que existían yacimientos de arena y la ambición hizo que comenzara a meter maquinaria para explotar dicho mineral. Las maniobras hicieron que el agujero de dicha fuente se fuera taponeando y de tener agua diariamente sin problemas, los pobladores comenzaron a notar la escasez de la misma. Los afectados fueron al menos 4 comunidades: La Bella, Las Lomas, El Grande y Tuzamapan.

    Para resolver lo anterior, se comenta que comenzaron recientemente las obras de introducción de agua potable para llevar agua desde la cascada Bola de Oro (al norte de la ciudad) hasta estos lugares, pero la benevolencia resultó sospechosa y es que hasta el momento no se ha informado públicamente de cuánto es la inversión para la “magna” obra que el alcalde conocido popularmente como “Juanelo” no cacarea.

    Según versiones, el asunto radica en que a un costado de Tuzamapan se está construyendo un ambicioso proyecto inmobiliario: un nuevo fraccionamiento que otra vez está devastando a una gran parte del bosque de niebla, derribando árboles gigantescos que venden a los pobladores como leña. Según denuncias de quienes prefirieron omitir su identidad, dicen que el fraccionamiento es un proyecto del alcalde, a quien también acusan de tener una miniplaza de lujo con despachos sobre la calle Zamora.

    Y es que les extrañó de repente tanta generosidad, pero además la urgencia por introducir agua potable en un proyecto tan espléndido que ahora lleva un interés más allá de aportar agua a cuatro comunidades.

    Bien lo comentaban algunos periodistas presentes en la inauguración del Libramiento de Coatepec que hizo el presidente Peña Nieto el 5 de agosto de 2014: “Vas a ver que no tarda en llenarse esto de fraccionamientos”.

    ¿Será que Juanelo va a tener fraccionamiento? Entre que se aclara el asunto, la lucha por el agua en Coatepec persiste, como igual la impunidad y protección que le dan a los constructores de proyectos de vivienda que destruyen ecosistemas por meras ambiciones económicas.

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