Los Políticos
La primera percepción que tenemos cuando referimos a alguien como “un Junior”, es despectiva. Por lo regular, vemos al hijo de un hombre poderoso, prepotente, altanero, déspota. Incluso, quizás lo visualicemos en un carro sport, con lentes oscuros y de ser posible, si la imaginación nos lo permite, acompañado de una bella dama.
Curioso, pero antes de dejar Orizaba, para mí, la palabra “Junior” implicaba romanticismo, canciones, baladas, porque recordaba a un cantante llamado así: Junior.
Creo que mi primer contacto con el tema de los Junior ya trabajando para un periódico, fue cuando se corrió el rumor de que la hija de Juan Herrera Marín llegó a un centro nocturno localizado en ese entonces, en el Callejón del Diamante, echando bala pues buscaba a su novio… creo que le decían “La Mapacha”… lo que no recuerdo si le decían “La Junior” o se tenga que decir “La Juniora”.
En el quehacer político es común encontrarnos a Juniors, que si no mal recuerdo, hace ya varias columnas, Arturo Reyes Isidoro explicaba el significado de tal: Junior=Joven, en latín, que en términos más estrictos, se refería al más joven de la casa, o de la familia; mientras su contraparte era Senior=Viejo (Señor), es decir, el más viejo de la casa, que en estos casos por lo regular era el padre.
En padres que son políticos, muchos se preocupan porque sus hijos participen en la política, incursionen en ella, se rocen con el poder y sobre todo, sepan desde temprana edad, lo que es ganar un buen sueldo con el sudor de los que le rodean. Es como si el padre, consciente de lo inútil que hizo a sus hijos, supiera que la única opción que tiene de sobrevivir su vástago es en la política.
Por supuesto, es una idea muy generalizada. Hay hijos de políticos que gustan de prepararse, de formarse, de hacer méritos propios alejados del apellido de su padre… si usted conoce a uno, dígame quién, porque de que debe haber quien opte por crecer fuera de la sombra paterna (o materna), lo debe de haber.
¿Son malos los juniors de la política? Creo que la mejor respuesta la puede tener el personal que labora alrededor de ellos.
Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Xalapa, tenemos a algunos “juniors” y algunos hasta son hijos putativos de algún funcionario de peso… o de pesos.
Cheque el dato: tenemos el caso de Lino Jiménez, edil por el PVEM, posición directa de Max Fernández (si es xalapeño, el apellido lo ha de entender). No obstante su forma de llegar a la comuna, sus compañeros del ayuntamiento se expresan bien de él, lo catalogan de educado, atento, que no le gusta meterse en problemas ni en chismes. Eso sí, le dicen el “Regidor Clássico”, porque es antrero a morir, tan así, que cuenta la leyenda que tiene una cava propia donde le resguardan la botella que no terminó para la siguiente visita. Afortunadamente no es “mala-copa”.
Otro caso similar, es el de Rogelio Alvarez Arroyo; hijo de familia bien pero posicionado por su padre político, Ricardo Ahued, por quien incursiona a la actividad local. Igual, no se mete en broncas ni en chismes.
Ahora, los que tienen “abolengo”:
Zazil Reyes Contreras, hija de connotada Notaria pública, doña Rocío Contreras Ramírez. Noemí Santa Brito Gómez, hija de político recientemente multicitado en diversos medios por polémicas fotos. Paco Escalera Carbonell, hijo de igual reconocida Notaria, Irma Carbonell y del empresario Javier Escalera. Aplicado, serio. Concienzudo en su labor al interior de CMAS.
Por ahí aparece también el “primo incómodo” de Américo Zúñiga, Rodolfo, del mismo apellido, cuyo padre del mismo nombre trabajó durante 40 años al lado del Maestro Guillermo Zúñiga y cuyo abuelo, don José Luis Hernández Sosa ejerció el periodismo…
¡Ah! Y se nos estaba olvidando dos de la oposición:
Ignacio Valentín Flores Aguayo, hermano del diputado federal Uriel, así como Ana Karina Platas, que es un caso curioso, pues su padre ya fue regidor al igual que su madre… pareciera que ahora, le tocó a ella y si tiene hermanos, júrelo que será igual edil o si no, repite el papá en la próxima administración municipal.
Por supuesto, no podemos obviar al “Junior” mayor del Ayuntamiento: Américo Zúñiga Martínez.
Se insiste: el papel de cada uno de estos funcionarios será calificado por quienes lo rodean, por la labor que realicen y por las cuentas que entreguen, para ser bien o mal recordados, aunque en el peor de los casos es que su paso al menos por esta administración, ni sea recordado.
smcainito@gmail.com
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