Luis Manuel Toto Pólito
Observatorio
Quien sospeche que la guerra por el agua potable está cada vez más cerca de presentarse, está equivocado, los enfrentamientos por el recurso más importante del planeta, están siendo desafiados en este momento.
No es necesario el combate cuerpo a cuerpo, ni siquiera que países desarrollados invadan a otros, que cuentan con abundantes cuerpos de agua como los tiene México.
Aquí mismo en nuestra ciudad, ahora incluso, cientos de ciudadanos sufren por la carencia del vital líquido, que llega a cuenta gotas por las madrugadas, un par de horas y que se retira por la mañana.
Cerro Amarrillo es el vivo ejemplo, es un poblado quebrado geográficamente, los que habitan en la zona alta padecen por la poca presión de agua que hay.
Ahí se bañan literalmente a cubetazos (cuando pueden), los jefes de familia esperan desesperadamente entre las cuatro y cinco de la mañana que se llenen sus cubetas, botes y piletas.
Otros no sufren tanto, porque han corrido con la suerte de contar con depósitos de 5 mil litros, que les conserva el agua hasta por 4 o 5 días, pero después de eso, la preocupación llega porque si se atraviesa el momento de desabasto, tendrían que pasar la misma suerte que sus vecinos.
Es una burla del gobierno municipal haber construido un gran tanque de almacenamiento de agua desde el año pasado, sin que se haya puesto en marcha todavía.
Es una construcción suficientemente grande, incluso ya se encuentra pintada, fue llenada una vez como prueba, pero hasta ahí.
Los vecinos aseguran que les han dicho que deben esperar, pues el presidente municipal Manuel Rosendo Pelayo irá a inaugurarlo, no hay fecha, adelantos, ni nada.
Lo peor ocurre cuando ante la desesperación, muchas madres de familia llevan a sus niños a bañar al riachuelo de la comunidad, que baja desde algunas colonias de la cabecera donde se vierten los desechos humanos.
El agua se encuentra contaminada, expresan, pero no hay alternativa ya que incluso los nacimientos presentan los niveles más bajos que han existido desde años, lo que significa que pudiese dar agua para unas diez familias, pero no más.
Ese lugar donde brota el agua está a un kilómetro de la mancha rural aproximadamente, las señoras, señores y niños ocupan una vara larga que colocan sobre sus hombros y esto a su vez sirve para colgar dos cubetas, una por lado, para transportar el tesoro.
Caminan por lapsos, se cansan, bajan los botes, retoman la marcha, y así sucesivamente hasta llegar a sus hogares, para después ocuparla para lavar trastes, un poco de ropa, lavarse los dientes, bañarse, pero en definitiva, todo racionado, muy racionado.
Explican quienes tienen a cargo el sistema de agua potable, que la red que les abastece atraviesa por otras diez comunidades más o menos, y esto provoca la falta, ya que cierran las válvulas en un unos lugares para dar a otros agua, y este proceso no acaba.
La Redonda también sufre desabasto.
En el otro extremo del municipio, en la comunidad llamada La Redonda, sufren el mismo problema: no hay agua, pero la necesidad es generada por la pobreza humana que existe.
Y es que a pesar de tener el líquido en abundancia, no tienen el dinero para pagar el servicio de electricidad, que genera el bombeo y distribución a más de 300 viviendas.
Ahí deben aproximadamente 23 mil pesos por la luz, sin embargo el adeudo es desde el año pasado, el comité encargado no pudo reunir 7 mil pesos en agosto para liquidar el servicio, y desde entonces han incrementado los recargos.
Con esfuerzo entre todos han logrado reunir 12 mil 500 pesos, la mitad de lo que deben, pero es insuficiente.
Este jueves pidieron a la iniciativa privada, al mismo presidente municipal Manuel Rosendo Pelayo les ayude, incluso el regidor Fernando Carrera Elias aportó la cantidad de 2 mil 500 pesos para iniciar la colecta, y se comprometió a solicitar ayuda entre sus colegas para sacar del apuro a la comunidad.
Aunque la guerra por el agua pareciera estar más cerca de lo que se piensa, esta está presente en las comunidades de San Andrés Tuxtla.
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