Armando Ortiz
El Hijo Pródigo
Las finanzas públicas en Veracruz están quebradas, es el clamor de muchos ciudadanos que sufren las consecuencias de esta catástrofe. Los pensionados, gente vulnerable por razones de edad y achaques de salud, a cada rato toman las calles del centro de la capital para exigir el pago de su merecida pensión; a los empresarios y constructores siguen sin pagarles, aseguran que cada semana sólo unos cuantos logran sacar apenas pagos mínimos; en las oficinas de gobierno, algunas personas están siendo despedidas de su trabajo, muchos de ellos sin la debida liquidación; no hay obra y esto significa que para los trabajadores de la construcción no hay trabajo; como consecuencia de la cancelación de los convenios de publicidad con los medios, muchos trabajadores de estos medios también están siendo despedidos.
Algunos acusan al gobernador y su errática política financiera. Sin embargo, pocos han señalado a ese grupo de voraces funcionarios públicos de bajo perfil, que colocados en lugares estratégicos han estado depredando los recursos del estado, sintiendo que son su patrimonio personal. Ya echaron a la calle e inhabilitaron a Álvaro Cándido Capetillo, quien dejara un gran daño patrimonial en el IVEA, amasando para su beneficio una gran fortuna; ya echaron a la calle al suegro de Fidel, quien también hizo de las suyas en el mismo Instituto; a los dos en NEWSVER los estuvimos denunciando.
Sin embargo, muchas ratas siguen en las alcantarillas saqueando los pocos recursos que todavía quedan. Ya hicimos público el gusto que tiene Carlos Aguirre, subsecretario de Egresos de la SEFIPLAN, de contratar a estrellas de la talla de Belinda, Ximena Sariñana y Margarita “la diosa de la cumbia” a sus fiestas particulares, todo con recursos del estado.
Pues un nuevo nombre surge en el panorama de la corrupción en Veracruz: José Manuel Rodríguez Melgarejo, quien siempre se ha manejado con bajo perfil. Desde los tiempos de Fidel Herrera este sujeto estuvo buscando la oportunidad no de que le den, sino de que lo pongan en donde haya. Participó en 1997 en la campaña de Fidel cuando éste buscaba la diputación federal en el distrito de Boca del Río.
La primera oportunidad que tuvo fue en los tiempos en que Fidel Herrera hizo a Ranulfo Márquez presidente del PRI estatal; José Manuel Rodríguez Melgarejo fue el secretario de Administración y Finanzas. Antes había estado en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información del PRI. En el Revolucionario Institucional, José Manuel empezó a cobrar relevancia. Poco a poco fue amasando su gran fortuna. Las notas periodísticas señalan los malos manejos que tuvo en esa institución política. Dicen, en estas notas, que se robó el dinero de los empleados del PRI.
Cuando el antipático Marco Antonio Aguilar Yunes llegó a la Secretaría del Trabajo en el gobierno de Javier Duarte, José Manuel Rodríguez Melgarejo llegó como jefe de la Unidad Administrativa. Curiosamente, en el organigrama de esta dependencia Rodríguez Melgarejo se ostenta como licenciado en Administración de Empresas, cuando él mismo sabe que apenas tiene la preparatoria terminada. Seguro después de esta nota correrá a la Universidad de San Luis para comprar un título al vapor, como lo hizo en su momento Daniel Lugo Carrasco.
Estos dos puestos han sido suficientes para que José Manuel Rodríguez Melgarejo lograra comprarse las siguientes propiedades: Dos casas en Xalapa para dos mujeres diferentes; una casa en Veracruz; una villa con lancha en Chachalacas, con alberca y jacuzzi valorada en un millón quinientos mil pesos; un yate en Veracruz; una Cherokee equipada con un valor de 600 mil pesos; un BMW 2015 serie 5M con valor de un millón de pesos; una Yamaha R6 valorada en 97 mil pesos; un Fly board de 100 mil pesos y un jetsky de 200 mil pesos para el esparcimiento de sus amigos; por cierto, muchas de estas propiedades las presume en su Facebook, en donde el mismo dice ser “el consentido de diosito”.
Para colmo, los empleados de la Secretaría del Trabajo el pasado viernes 27 de marzo tomaron las instalaciones de esta dependencia en la avenida Ávila Camacho, pues acusan a Rodríguez Melgarejo, junto con José Madrid Méndez y Marco Carpinteiro Santos de prepotencia y acoso laboral.
«Queremos la destitución de estos funcionarios y el respeto al derecho laboral de los trabajadores. Es un acoso constante e intimidación con estas personas. No los dejan que se paren de sus lugares, deben avisar cuando van al baño. Es terrible y eso no lo puede soportar un trabajador», ha dicho la secretaria de Trabajo y Conflictos del sindicato, Margarita Carmona Cortés.
Por si fuera poco, Rodríguez Melgarejo ha hecho circular las ridículas fotos de su jefe Gabriel Deantes, vestido de gnomo navideño, burlándose de las ocurrencias del oriundo de Tamaulipas, señalando que Deantes no le llega a los talones a su anterior jefe Marco Antonio Aguilar Yunes.
Uno de los problemas del desfalco en la Finanzas del estado radica en la apatía del Ejecutivo para actuar prontamente; en algunos momentos esa apatía se puede convertir en complicidad, pues el Ejecutivo, al estar enterado de los desfalcos de estas ratas de alcantarilla, está en la obligación de tomar medidas. Pero esas medidas no deben quedar sólo en la inhabilitación, como es el caso de Álvaro Capetillo, sino que se debe mandar a la cárcel a estos sujetos y devolver el patrimonio robado a los veracruzanos, pues a ellos pertenece.
Hace falta un escarmiento ejemplar y si Javier Duarte no lo hace, será cómplice de esas ratas de alcantarilla.
aortiz52@hotmail.com
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