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    Voto joven

    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

     

    Sin excepción, en tiempos electorales, todos los partidos políticos recurren a la organización de jóvenes para plantear sus propuestas y, de esa forma, atraer votos.

    Acción Nacional, por ejemplo, establece en sus planteamientos para este proceso electoral el impulso a una reforma que establezca el derecho de la juventud al desarrollo integral; así como un esquema para promover el ahorro de los jóvenes y créditos accesibles para aquellos que aspiran a fundar una empresa o comprar una vivienda.

    El Revolucionario Institucional, por su parte, propone más oportunidades educativas, laborales y políticas para fomentar el desarrollo de los jóvenes mexicanos; así como una mayor cobertura y calidad de las instituciones educativas, entre otros puntos que se relacionan con el sector.

    El Partido de la Revolución Democrática establece, en su plataforma electoral para la elección de diputados federales, el apoyo a los jóvenes con “becas salario” y transporte gratuito para todos los estudiantes del país.

    Así, la relación de las propuestas de los partidos podría extenderse porque no hay uno que excluya a los jóvenes de su plataforma, finalmente, se trata de los electores que constituyen la parte más amplia de la pirámide poblacional; sin embargo, en cada campaña política la historia es similar: muchas buenas intenciones pero pocas veces éstas se convierten en iniciativas y acciones de gobierno.

    De otra forma no podría explicarse tanto rezago en un sector poblacional que ha estado olvidado a la hora de diseñar las políticas públicas. Nuestro país tiene más de 13 millones de adolescentes entre 12 y 17 años. Datos de la Unicef revelan que el 55 por ciento de los jóvenes mexicanos enfrenta problemas de pobreza. Uno de cada 5 jóvenes no cubre siquiera los requerimientos básicos para su alimentación. Por otro lado, hasta hace 5 años, en el ámbito nacional, 3 millones de adolescentes no asistían a la escuela.

    A la pobreza y a los problemas educativos se suma la desorientación, lo que provoca un preocupante número de embarazos no deseados y prematuros; cada año, unas 500 mil mujeres menores de 20 años dan a luz en nuestro país.

    Por si fuera poco, las adicciones al alcohol y a las drogas causan graves problemas: El 7 por ciento de los jóvenes fuma antes de los 10 años; mientras que el 20 por ciento de los estudiantes de secundaria son fumadores. 45 de cada 100 ingiere bebidas alcohólicas entre los 11 y los 14 años.

    Existen tratados internacionales que establecen los derechos de los jóvenes y adolescentes; entre ellos, los derechos a la alimentación, a la educación; a la vivienda, a los servicios médicos y a la no discriminación, entre otros; desafortunadamente, los datos revelan que no todos los menores de este país alcanzan aceptables niveles de bienestar.

    Hasta 2012 había en México 29.7 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años de edad. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el desempleo casi llega al 10 por ciento en este sector de la población.

    Por otro lado, si en el contexto nacional, el desarrollo de los jóvenes es un saldo pendiente, en Veracruz el panorama es sombrío: 3 por ciento de los menores de 29 años no tienen ni un solo grado de instrucción educativa; 4.3 por ciento no llegó al tercer año de primaria; poco más del 15 por ciento se ubicó entre el cuarto y el sexto grado del nivel básico; y 33.5 por ciento apenas terminó la secundaria; el promedio de escolaridad es de 7.7 años, mientras que en el ámbito nacional la cifra llega a 8.6. Por si fuera poco, en Veracruz, 11 de cada 100 personas son analfabetas.

    Son datos que revelan el olvido en que se encuentran los jóvenes, tan presentes en las plataformas de los partidos y en los discursos de los políticos, pero tan ausentes en acciones gubernamentales que busquen el desarrollo pleno.

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