¡100 candidatos dijieron!

Ricardo Vázquez Salazar

Esfera Política

Transcurrió la Semana Mayor. Se vivió el Viacrucis como un acto de fe. E inicia otro muy distinto, diametralmente opuesto: el tener que soportar las campañas electorales de candidatos a una curul federal; aunque en diferentes fechas, también se celebraran este año contiendas para 9 gubernaturas, alcaldías y congresos locales. Periodo en que la ciudadanía estará atiborrada de discursos y promesas irrisorias; de permanente bombardeo publicitario de aspirantes a un cargo de elección popular, que el electorado ya aprendió a seguirle el juego a la clase política, a tomarlos a chunga.

Como sacados de un caricaturesco video del instituto Cumbres, en que los personajes demuestran vacío y frivolidad absolutos; no son pocos los candidatos a una curul federal que se han apropiado de una personalidad semejante a los que aparecen en los videos del Cum. Primero el enriquecimiento inexplicable: el saqueo; enseguida el fuero. Hoy parece definirse como el eslogan de la clase política veracruzana.

A pesar de haber iniciado la primavera. En Veracruz también en el terreno político se ha prolongado el invierno. El ambiente es gélido, por el grave deterioro de las finanzas públicas y las múltiples consecuencias que está generando; escenario convertido en escándalo nacional. Las múltiples observaciones de la Auditoría Superior de la Federación a los recursos ejercidos, han minado la confianza que la federación tenía depositada en el manejo de recursos en la entidad; por haber rebasado todos los límites. Catástrofe que inició con la “fidelidad”.

El problema para la clase política veracruzana reside en que con todo lo que está sucediendo, si le vuelven a fallar al presidente Peña Nieto como sucedió en el 2012, los efectos serían devastadores para un buen número de actores políticos. Lo más grave para los veracruzanos, es que no se ve todavía para cuándo se superen todos los problemas y necesidades que enfrenta la ciudadanía.

La descomposición de la clase política es preocupante. A estas alturas, el electorado tiene perfectamente claro que la mayoría de los hoy candidatos -como ocurre con muchos de los actuales legisladores, federales y locales- jamás podrán pararse en la tribuna para debatir; tampoco serán capaces de presentar una iniciativa de valor, a menos de que se fusilen una. Una vez más tendremos “legisladores” hechos al vapor: incapaces e incompetentes. El deterioro político ha llegado al grado de que varios candidatos de oposición únicamente son comparsa del candidato del partido oficial, y no lo pueden ocultar.

En la desesperación por tratar de resarcir el daño que han causado a los veracruzanos, los candidatos volverán a estrechar las manos callosas y sucias de obreros y campesinos en los centros de trabajo; abrazarán y darán beso a las desgatadas mujeres; cargarán en brazos a anémicos y enfermizos bebés; acariciarán a las desnutridas viejecitas. Los candidatos harán todo esto para aparecer en las patéticas imágenes que se verán en espectaculares y en medios de comunicación. Entonces dirán: vale la pena la incomodidad; solo es una vez, porque no los volveremos a ver.

La pobreza impera en Veracruz, en varios sentidos, también en el medio político.

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