Brenda Caballero
Números Rojos
Abro mi facebook y no puedo evitar ver la cantidad de mensajes que hay de candidatos y de partidos políticos. ¡Cierto! ¡están las campañas para diputados federales!
Aún no ha tocado ninguno a mi puerta, pues creo que ahora con la nueva Ley del Instituto Nacional Electoral (INE), las campañas de los candidatos tiene que ser de convencimiento a cada uno de los ciudadanos con su palabra y no de otorgar “incentivos” como láminas, despensas, cemento, material de construcción, etcétera, razón por la que ahora andan de calle en calle tocando puertas para convencer a la gente de que voten por ellos.
Veo también en facebook que muchos amigos se quejan de las mentiras de siempre del partido en el poder; otros se quejan de las promesas que siempre hacen los candidatos en campaña y que después las olvidan. Algunos más se entristecen de todos los mexicanos que siempre votan por los mismos a pesar de que cuando están en el poder les dan la espalda. Desde luego que no falta al pie de la foto del candidato los sustantivos y adjetivos calificativos: rata, mentiroso, hipócrita, chismoso, etcétera, etcétera.
Todos quieren estar en las redes. Los que están con los candidatos comparten sus publicaciones y los alientan con un “¡Sí se puede!” Los contrarios o los que no les gusta la política le entran a los comentarios con descalificaciones y groserías.
Ante los constantes comentarios de un amigo en las redes sociales, me atreví a preguntarle: ¿Vas a ir a votar? Cómo si le hubiera mentado su “m”, volteó enojado y me dijo: ¡Desde luego que no!
Me alejé dos pasos de él ante su reacción y volví a preguntarle “¿Por qué?” Un poco menos molesto me dijo: ¿Para qué? ¡Si siempre ganan los mismos!
‑Precisamente por eso‑ le dije ‑¡Para que no ganen los mismos!
Y realmente eso es algo que no entiendo, ¿Por qué los mexicanos que se quejan más son los que no salen a votar? Es más, estas elecciones de diputados federales son más flojas que cuando se vota por un alcalde, gobernador o presidente ¿Cómo es posible que no ejerzamos nuestro derecho al voto en estas elecciones en las que se determina a las personas que realizarán las leyes y votarán por ellas?
Si analizamos el resultado de las votaciones, nos daríamos cuenta que casi siempre el candidato gana con menos de la mitad del padrón electoral, luego entonces ¿se imagina qué pasaría si todos los ciudadanos votáramos?
Otra cosa que no entiendo, es el porqué muchas veces nos metemos con los ciudadanos que apoyan a los candidatos. Le pongo un ejemplo: Hace unos días veía la foto de la candidata a la diputación por el distrito X de Xalapa con una muchacha que le apoyaba con un cartel.
De inmediato los comentarios se vertieron en “¿Cuánto le había dado la candidata para apoyarla?” Aunque denigrándola metiéndose con su físico y alegando que le habían dado tamales, tortas, refrescos, que parecía un tanque y no faltó quien la tachara de estúpida.
Entiendo las campañas sucias, pero eso es aberrante ¿cómo es posible que nosotros nos metamos con los ciudadanos, con su aspecto, con su educación o su condición social?
¿No sería mejor que en esos comentarios incluyéramos alguna propuesta nuestra o de plano mencionar alguna de otro candidato al que apoyamos? ¿Por qué criticar a los demás sobre una condición que ellos no escogieron y que es casualidad de la vida?
Por eso, en este espacio, esta vez te propongo ir a votar, por quien quieras ¡Sólo así podrás cambiar lo que no te gusta!
Email:caballero_brenda@hotmail.com
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