Mónica Camarena Crespo
Parque Juárez
Aunque se trata de un proceso electoral federal, no se debe olvidar lo que sucedió en un no tan lejano 2013 en el estado de Veracruz en materia de elecciones.
Después de que la entidad saltara a la fama por ser semillero de grandes políticos, estadistas, pensadores, ideólogos. En 2013, ya con un Presidente emanado del PRI, que negociaba el famoso Pacto por México, en Veracruz un remedo de grupo político protagonizó uno de los mayores escándalos electorales de los que se tenga memoria.
La elección para renovar Presidencias Municipales y Diputaciones Locales, provocó que los ánimos sobre todo, de los incompetentes que se sienten dueños de las decisiones políticas generará lo que se considera totalmente ilegal, en tiempos en donde el abuso, cooptación y trampas electorales deben ser penadas.
Acaso, fue el principio de un gran desprestigio para el partido en el poder, a nivel federal, pero sobre todo estatal; la manipulación de programas sociales que apenas aceitaba la titular de la Sedesol, Rosario Robles, seria el epicentro de una cascada de señalamientos que incluso, pusieron en riesgo la permanencia de quien actualmente ocupa la silla principal en Palacio de Gobierno.
El escándalo lo protagonizaron varios ineptos disfrazados de operadores. Contaban con altos cargos y puestos de elección popular; se ostentaban como enviados del jefe y organizaban sin empacho reuniones casi populares en hoteles de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Fue ahí, en la zona de pelea eterna, en donde fueron grabados cuales niños comiendo el pastel antes que iniciara la fiesta, una buena cantidad de mapaches rojos que posteriormente fueron exhibidos a nivel nacional, gracias al canal de videos YouTube y las redes sociales.
El escándalo titulado “Ladrones de elecciones» alcanzo tal fama, que fue retomado por medios de comunicación nacionales e internacionales.
Las grabaciones en donde en forma descarada y hasta tonta buscaban utilizar toda la estructura estatal y programa sociales federales para lograr triunfos en zonas difíciles para el PRI, tuvieron millones de oídos.
La administración estatal emanada del PRI estaba en el ojo del huracán, ante un gobierno federal que no daba crédito a la vorágine de estupideces que cometerían los mapaches de tercera que operaban en Veracruz.
Cayeron varias cabezas; unas que ni siquiera tenían vela en el entierro, pero que ante la barbarie pública, tuvieron que ser sacrificadas.
Pero el caso que mayormente llamo la atención, fue la del ex alcalde de Boca del Rio, Salvador Manzur ( actualmente delegado de Banobras ) quien en una de tantas grabaciones paso a la historia por su frase “ voluntaria, pero a fuerza “.
En esas grabaciones, el que después de pedir licencia como Presidente Municipal fuera Secretario de Finanzas, mas tarde despedido a presión del gobierno federal, hasta presumía la asistencia a los conclaves de mapaches, de Tarek Abdala ( actual candidato ) para ayudar en las acciones para cooptar a votantes.
Del escandalo, aún hay serias heridas políticas; nunca se pudo borrar totalmente dicho expediente en la Secretaria de Gobernación, en donde todos los días revisan lo que pasa en Veracruz, con el fin de que no se vuelva a repetir tal escandalo.
Finalmente en aquella elección local, el tan peleado ayuntamiento de Boca del Rio quedo en manos del PAN, repitió triunfo el hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, ante el peor de los candidatos que pudo haber escogido el PRI, Sergio Pazos, seleccionado a capricho de quienes creen conocer el animo electoral de los veracruzanos.
La elección federal del próximo 7 de junio en el estado de Veracruz, será quizá de las más observadas desde los Pinos; temen, con justa razón, que nuevamente se cometan errores garrafales que pongan en riesgo el ambiente electoral el día de la elección y posteriormente cuando se diriman los resultados, que en muchos casos, se esperan apretados.
De lo que suceda el 7 de junio, dependen el futuro político de quienes se creen dueños de las decisiones políticas en Veracruz; todo se juega ese día. Y es que si salen bien las cosas para el PRI, no habrá felicitación si acaso, les dirán, gracias por haber cumplido bien por primera vez.
Pero si salen mal los resultados, es decir, sendas derrotas, entonces que vayan preparando el peor escenario para fin de sexenio. Las cuentas, por cierto que no salen, las deudas pesadas, la falta de liquidez y el cumulo de observaciones de la Auditoria Superior de la Federación, tendrán cauce y desenlace.
@monicamarena
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