Conveniente para algunos, nocivo para los veracruzanos

Ricardo Vázquez Salazar

Esfera Política

Emilio Chuayffet festinó que a través de reuniones nacionales y regionales, se recibieron más de 15 mil propuestas para modificar el modelo educativo de México. Tal parece que con la cancelación de la evaluación al magisterio, todo se fue al cesto de basura.

Mientras el eterno vacacionista, Jesús Medellín Muñoz, delegado del CEN del PRI en la entidad desde hace más de once años, disfruta de todos los privilegios a costa del dinero de los veracruzanos; Fidel Herrera Beltrán, anda desatado, catapultado por sí mismo hasta el desbordado exhibicionismo lascivo.

¡Por fin terminan las campañas!

Los candidatos con sus pésimos antecedentes y sus discursos en tono de broma de mal gusto quedaron por los suelos, nunca levantaron. Aún con el intento del camuflaje Verde, el electorado tiene muy claro que son rojos por dentro, con negras semillas políticas; son los llamados candidatos sandía. Es “El nuevo PRI”.

El voto corporativo, al igual que el voto verde hoy en día son un mito; a menos de que haya de por medio una lana. El hartazgo ha orillado a los electores a no aceptar en especie la compra de voto, solo en efectivo; por ello las talegas de dinero circulan en cantidades industriales en las colonias, transportadas en camiones, repartidas en carretillas. Es la única manera de ganar las elecciones; aprovechar al máximo el ensombrecedor abstencionismo que equivocadamente imperará este domingo 7 de junio. El monto de dinero –de los veracruzanos por supuesto- que está siendo repartido es cuantioso. Es darle una simple pellizcada a las amasadas fortunas personales, producto del desenfrenado saqueo de recursos públicos.

Los que difícilmente se van a abstener de votar, son las miles y miles de familias que lloran a sus seres queridos entre las víctimas, producto de la violencia e inseguridad que iniciaron hace 10 años y que continúa. El grado de corrupción que rebasó todo límite, también permanece. Los Servicios de Salud de Veracruz se han caracterizado por los horrendos crímenes que se cometen con indefensos enfermos de cáncer, al engañarlos con falsos medicamentos de quimioterapia; sin que nadie absolutamente haga algo por detener el despiadado genocidio de inocentes pacientes.

El rezago educativo en la entidad ha sido otro distingo y motivo de escándalo a nivel nacional. Niños y jóvenes toman clases a la sombra de los árboles en muchas regiones de Veracruz, porque no ha habido creación de infraestructura educativa en la anterior y actual administración estatal, por el desvío de recursos. En plena capital veracruzana, en Xalapa, madres de familia y alumnos del jardín de niños «Juan Escutia» de la colonia Miguel Alemán, protestaron en la Plaza Lerdo porque desde hace seis años se organizaron e improvisaron aulas a base de madera, cartón y plástico. La construcción de su escuela les ha sido prometida por siete candidatos triunfantes, pero hasta el día de hoy los niños siguen sufriendo las inclemencias del tiempo. Como este caso, abundan muchos más.

En los municipios del distrito Xalapa Rural, se comenta que los recursos que serían utilizados para la construcción de aulas escolares, hoy se despilfarran en perverso juego por el mismo que fingió como secretario de Educación en Veracruz en los últimos cuatro años, Adolfo Mota Hernández, hoy candidato a diputado federal con camiseta Verde, porque con la tricolor nada más ya no convence.

Con la más cruel cobardía, miles de veracruzanos han sido asesinados y desaparecidos en los últimos diez años. Sea en hechos violentos por la delincuencia organizada o por criminales de cuello blanco en los hospitales. Familias afectadas señalan en silencio que con Fidel Herrera Beltrán se abre paso a la muerte y no a la vida; se produce daño en vez de beneficio; se engendra mal en vez de bien. El responsable de absolutamente todo lo que ocurre en cualquier entidad es el gobernador en funciones u “honorario”. Pareciera que la historia se repite una vez más: La piedra que desecharon los constructores, es la piedra angular: He 4, 8-12.