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    En un boletín de prensa que saliera de Comunicación Social se dijo que “el gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, se reunirá con los grupos de periodistas de las distintas regiones de la entidad posterior al día de la libertad de expresión”. En esta columna habíamos adelantado que por motivo de las elecciones el día 7 de junio, la tradicional celebración del gobernador con los periodistas, con motivo del Día de la Libertad de Expresión, se celebraría a posteriori. Así será.
    Hace unos días el periodista Manuel Rosete hacía un comentario sobre la nueva relación de la prensa con el estado. El gobernador dejó que los periodistas que cubren la fuente de Palacio de Gobierno se le acercaran dos hileras de sillas más. Para algunos analistas éste, al final del sexenio, les pareció un gesto de acercamiento con la prensa.
    El día jueves 11 de junio algunos periodistas reunidos en un café se preguntaban entre ellos si les había llegado la invitación para el desayuno con el gobernador en el salón Ghal. Nadie había recibido invitación personal. Uno de los voceros oficialistas que se encontraba ahí les dijo: “La invitación es pareja, para todos, pues el gobernador no hace distingos entre un reportero y el dueño de un periódico”.
    ¡Aja! Apenas iban saliendo del restaurante donde tomaban café, cuando caminaba con prisa un empresario de los medios. Le preguntaron a dónde iba con tanta prisa y él dijo: “Pues a la comida con el gobernador”. Con cierta candidez trataron de corregir al empresario: “Va a ser un desayuno, y eso será mañana viernes”. El empresario los miró con condescendencia y les dijo: “Pues a mí me invitaron a una comida hoy jueves a las 2 y media de la tarde en Casa de Gobierno”.
    Los periodistas se miraron a los ojos. Algunos vociferaron en contra del primer mandatario. El oficialista guardó silencio. No había la tan cacareada “nueva relación prensa-estado”. El más soez de los que estaban ahí dijo: “Dejó que nos acercáramos dos hileras más sólo para estar oliéndole los pedos”.
    En dos ocasiones funcionarios de Comunicación Social me han preguntado qué es lo que no me parece de la celebración del gobernador con los periodistas. En las dos ocasiones les he dicho que a los periodistas de verdad nunca les ha parecido que el gobernador aparte una mesa para que lo acompañen los dueños de los medios de comunicación. Primero, porque algunos de esos empresarios ni siquiera son periodistas y segundo, porque siempre se sienta con los más rastreros, los más abyectos, los más succionadores. Las dos personas que me preguntaron me dijeron que a ellos tampoco les parecía eso y que lo iban a cambiar.
    Eso debe de cambiar, y es que el jueves el gobernador preparó un gran banquete para los que considera periodistas “relevantes”. Hasta los invitó a su casa, pues los considera dignos de compartir en su hogar el pan y la sal. La “perrada” irá el viernes por la mañana al salón Ghal, donde es de esperarse que les sirvan garnachas, con suerte huevo con jamón, pan de canasta y un café lechero.
    No se vayan a sentir ofendidos; así es como los mira el que gobierna.

    Postdata 1: De última hora están avisando a los periodistas que el desayuno del viernes en el Ghal se cambia para el lunes. Los huevos con jamón tendrán que esperar unos días.
    aortiz52@hotmail.com

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