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    Tamiahua

    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    Comentamos en esta columna el lunes ocho del mes en curso, con el título, Coronación de la impunidad: “Los graves problemas y necesidades que enfrenta la entidad: violencia; atraco a los recursos destinados a la salud y educación de los veracruzanos; negocios criminales, por parte de funcionarios y ex funcionarios estatales y municipales… De seguir nutriendo con impunidad el hartazgo de los veracruzanos, puede representar un grave riesgo; preocupante es que llegue en un momento dado a desbordarse los ánimos y generar consecuencias peores que Guerrero, Oaxaca o Michoacán; hacía allá lo están encaminando, aunque se niegue. Por ello, prestar oídos sordos y solapar lo que ha estado ocurriendo en Veracruz es en extremo delicado”.

    Fueron actos sin precedentes en Veracruz lo ocurrido en el municipio de Tamiahua, en la región norte; podría representar un mal síntoma. Las protestas que se dieron este lunes que terminaron hasta la medianoche en actos de violencia, no se puede considerar como un hecho aislado.

    El enojo de la población a raíz del fallecimiento del joven Jalid García Vidal, de 19 años de edad, al que declaran familiares y amigos que su muerte se debió a la golpiza que le propinaron policías municipales, después de sacarlo violentamente de su domicilio ocho días antes, el lunes 8 de junio.

    Fue demasiado el enardecimiento de la ciudadanía que al no obtener respuesta del alcalde, a quien acusaron de haber facilitado la huida del comandante de la policía municipal y de algunos elementos de la corporación, quienes son considerados como los homicidas, la arrebatada multitud incendió el Palacio Municipal de esa localidad, las oficinas del DIF Municipal, dos vehículos del ayuntamiento. Y lo que es peor, la casa particular del alcalde Martín Cristóbal, algo sumamente delicado, porque posiblemente el mismo alcalde contribuyó a poner en riesgo la integridad de su familia, sin haberlo imaginado.

    Ahora bien, si el joven Jalid padecía leucemia como se menciona, esto tomaría otro matiz; estaríamos ante un grave caso de brutalidad policiaca. Pese a esto el alcalde Martín Cristóbal Cruz señaló: “el muchacho era drogadicto”. Habría que preguntarle al presuntuoso alcalde si ¿el hecho de que en realidad haya sido adicto Jalid, representa una persona devaluada para haberlo asesinado?

    Los abusos y atropellos policiacos en contra de la población indígena en la Sierra de Zongolica, puede provocar que explote esa región, peor que como acaba de suceder en Tamiahua.

    Debilidad institucional es lo que demuestran los hechos ocurridos en el municipio de Tamiahua, expresó Alberto Amador Leal, coordinador de la región sur-sureste de la Secretaría de Gobernación. Insiste en la necesidad de certificar a las policías municipales.

    Demasiado riesgoso continuar subestimando a la ciudadanía.

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