Armando Ortiz
El Hijo Pródigo
Legislar significa articular leyes en beneficio de una población. ¿Por qué en beneficio de una población? Porque se supone que el legislador es un representante de esa población. El legislador representa los intereses y las preocupaciones de un grupo determinado de la ciudadanía. El conjunto de los legisladores representa a toda una nación, conformándose con ello uno de los tres poderes que sostienen al estado, el poder Legislativo.
En una nación democrática así se equilibra el poder. No hay poder absoluto, no lo debería haber. Mucho menos si ese poder depende de un sólo sujeto como lo es el Ejecutivo. Los otros dos poderes, el Judicial y el Legislativo son una institución conjunta. Desafortunadamente en este país el Ejecutivo es un sólo hombre y ese hombre subordina a los otros dos poderes.
En una entidad federativa como es Veracruz, el poder Legislativo debería mantener ese equilibrio. Sin embargo los diputados que conforman el Congreso del estado son todo, menos legisladores. La mayoría son sujetos que han logrado escalar la pirámide política a base de liderazgos corruptos, de prebendas o incluso a base de su poder económico. No son personas preparadas, no conocen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ni siquiera las leyes de su propio estado. Legislar les parece un verdadero fastidio. Van a su sesión en el Congreso sin siquiera haber leído la ley que se pretende cambiar o que se pretende promulgar. Levantan la mano porque sus compañeros de bancada la levantan o porque el líder de su bancada así lo dispuso en acuerdo con el Ejecutivo. No reflexionan los cambios a las leyes ni les importa que la nueva ley habrá de afectar para mal a los ciudadanos que representa.
Los legisladores reciben una compensación para que puedan contar con el apoyo de asesores en materia legislativa, pero lo que hacen es darle el puesto a la puta preferida o en todo caso le dan el puesto de asesor al chichifo más complaciente.
¿Por qué decimos esto? Por dos cosas. La primera es que sin importarles el destino de Veracruz los legisladores aprueban, sin siquiera mirar los daños a futuro, todos los caprichos de un gobernador desesperado. Así, bajo el agua, hace algunos meses, aprobaron más endeudamiento para el estado. Un mil 338 millones de pesos se suman a la impagable deuda de Veracruz. ¿Cuál fue la garantía para obtener ese crédito? Las participaciones federales a futuro. Es decir, dentro de 15 años nos seguirán recortando presupuesto a los veracruzanos gracias a que los legisladores aprobaron en lo oscurito este endeudamiento que pretendía, por el tiempo en que se obtuvo, oxigenar las campañas del partido en el poder. Nadie se opuso a este préstamo oneroso, lo que nos hace pensar en la complicidad y la compra de silencio. No me cabe duda que parte de ese dinero que se obtuvo por medio del préstamo fue dar a las manos de los legisladores que lo aprobaron.
La otra razón por la que podemos decir que los legisladores se han vuelto meras cortesanas del Ejecutivo es la aprobación de la nueva Ley de Tránsito. Una ley gravosa que pretende por medio de sanciones absurdas recaudar más dinero de los ciudadanos.
A pesar de que en el estado los medios oficialistas pregonan que las sanciones que impone esta ley están al mismo nivel que las de otros estados, poco a poco, comparando cada ley, se ha descubierto lo obtusas, absurdas y excesivas que son las sanciones. Algunas sanciones parecen salidas de una mente torcida. Una de esas sanciones dice que no se puede llevar en un vehículo de dos ruedas a un menor de doce años, cuando muchos padres ocupan la motoneta para llevar y traer a sus hijos de la escuela. Otra ley dice que se sancionará a los que se queden sin gasolina, a los que se detengan a mirar un accidente o a los que traigan un faro en su auto que no sea de fábrica. Mientras otros estado ni siquiera contemplan sanciones para esos casos, en Veracruz hasta no traer herramienta en el auto significará una multa de más de dos mil pesos.
Otro caso también absurdo es la sanción que se piensa aplicar a las personas que suban a un transporte público en “estado de ebriedad”. Primero, una persona promedio, de aproximadamente 75 kilos de peso, con tomar más de dos vasos de cerveza o más de dos copas de vino ya puede dar positivo en el alcoholímetro. Una persona que se toma tres copas de vino o tres vasos de cerveza está obligada a irse caminando a su casa en caso de no tener chofer; porque no puede ni conducir un auto, ni subir a un transporte público. Mejor es caminar por las calles seguras de un Veracruz seguro.
Pues estas leyes aprobaron los legisladores cortesanos. Ni siquiera las estudiaron, ni siquiera usaron la empatía como debió ser el caso del “Bofo” Ramírez Arana que fue quien la presentó ante el Congreso, olvidando los tiempos en que terminó en la delegación de policía por armar escándalos en estado de ebriedad.
Por ello los legisladores en Veracruz no son el fiel de la balanza, antes bien ellos son responsables de que la balanza del estado se vaya hacia un sólo lado, el de un Ejecutivo caprichoso, iracundo y desesperado.
Postdata 1: Héctor Yunes invita a su informe
El próximo domingo 19 de julio a las 11:00 horas el senador Héctor Yunes Landa rendirá su Informe de Resultados 2015 en el World Trade Center de Boca del Río. Para ello está invitando a todos los comunicadores, empresarios, políticos y público en general a que asistan para conocer el trabajo que ha venido realizando en favor de los veracruzanos. Buena oportunidad tendremos para saber si ha estado o no cumpliendo con sus trabajo en el Senado.
aortiz52@hotmail.com
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