Pablo Jair Ortega
Columna sin nombre
No es necesario que el fiscal general del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, busque ser (o al menos intentar) ser el héroe de la película, el protagonista de la novela o el galán de la miniserie. En Veracruz, como en todo México, lo que se pide a gritos es que se acabe la impunidad.
Porque las leyes ahí están, los códigos penales ahí están, los reglamentos ahí están, los procedimientos aparentemente se cumplen, pero no hay castigo para responsables. Sólo circo, maroma y teatro mediático.
Los casos de Omar Cruz Reyes y Roberto Pérez Moreno, alcaldes de Medellín y Coatepec, respectivamente, han sido verdaderos escándalos por ser señalados como autores intelectuales de asesinatos, pero en la práctica no se ha visto ninguna acción fundamentada de la Fiscalía para su detención.
Peor aún: en ambos casos, los presuntos culpables ya huyeron de la justicia; increíble, porque no se entiende cómo este par pudo escapar de las autoridades judiciales… ¿nadie los vigilaba?
El entonces procurador de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, se anotó un éxito con la detención de la ex alcaldesa de Alvarado, Sara Luz Herrera Cano, quien hoy está presa por el delito de homicidio en contra de su secretario particular Michel Martínez Corro.
Pero algo pasó y la Fiscalía parece que se desinfló, porque hoy dos alcaldes señalados por lo mismo, sencillamente se esfumaron y nadie sabe dónde están.
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