Formación política, agenda en desarrollo

Rodrigo Montoya Rivera

Ideas
Corría el año de 1971 cuando por iniciativa del ilustre veracruzano Jesús Reyes Heroles se fundó el Instituto de Capacitación Política ICAP, organismo anterior al Instituto de Capacitación y Desarrollo Político ICADEP, que tiene como tarea primordial la formación de los cuadros y militantes del Partido Revolucionario Institucional.
En el sexenio del Presidente Carlos Salinas de Gortari, el organismo en mención filial del tricolor lanzó por primera vez la Escuela Nacional de Cuadros, siendo Luis Donaldo Colosio Murrieta de los artífices de la misma.
Aquellos tiempos en los cuales la ideología parecía ser un requisito fundamental para ser parte de un partido de izquierda, centro o derecha, hubiera parecido que se esfumaron. Quizá por la modernidad de los tiempos y las circunstancias en las que nos encontramos o tal vez por la gente que llega a ocupar los puestos públicos, la realidad parece ser que las cuestiones ideológicas y pragmáticas plasmadas en los documentos básicos, estatutos, código de ética partidaria y programa de acción de uno u otro partido político ya no son tan importantes. Ahora la popularidad se basa en el discurso mejor pronunciado, acorde claro a la época de la historia en la que nos encontremos inmersos.
Dicho lo anterior, quiero aclarar que no es una crítica sino una observación el comentar sobre las cuestiones ideológicas como tema secundario, sin embargo creo que la esencia de un político se debe mantener en cuanto a su forma de conducirse al interior de la vida pública y de igual manera con sus actos.
Es por ello que la iniciativa del Presidente del PRI en la entidad Alfredo Ferrari Saavedra junto a Lilia Christfield Lugo Presidenta del ICADEP de instalar la Escuela Estatal de Cuadros en Veracruz, replicando lo que en su momento hizo Guillermo Deloya presidente nacional de dicho organismo, es de reconocerse y aplaudirse sobre todo en el sector juvenil.
Los jóvenes que aspiran a ser políticos, pero en particular a ostentar un cargo dentro del servicio público a través del sufragio popular y/o la asignación de responsabilidades por el ejecutivo o alguno de los poderes facultados para dar cierta responsabilidad, deben ser personas honestas, capaces y sobre todo congruentes. De ahí la importancia de la formación de los cuadros del partido que sea, ya que para ser importante y trascendente se necesitan principios sólidos y moral intachable, para no caer en los viejos vicios y practicas cada vez más recurrentes por los de unos y otros colores.
Se han perdido los Reyes Heroles, los Gómez Morín y los Cuauhtémoc Cárdenas, atrás han quedado las ideologías puras y la sensatez en las ideas. Insisto a lo mejor se debe a un cambio de circunstancia producto de esta generación, pero es una realidad que la formación es garantía de éxito para los servidores y para los que se les sirve o al menos se pretende servir.
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