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    Napoleón Bonaparte

    Rodrigo Montoya Rivera

    Ideas
    En nuestro país vivimos constantemente procesos electorales de todo tipo en los tres órdenes de gobierno. En los municipios elegimos Presidentes Municipales, Síndicos y Regidores además de Jefes Delegacionales. En los estados, Diputados Locales, Gobernadores y Jefe de Gobierno en el DF, mientras que a nivel federal votamos por Presidente de la República, Diputados Federales y Senadores, estos últimos representantes de las entidades en la Cámara Alta del Congreso de la Unión pero electos a la par en las fechas que se renueva al Ejecutivo Federal.
    En Veracruz existen 212 municipios con 2300 ediles, 50 Diputados Locales, 30 electos por el voto directo o la vía uninominal, mientras que 20 son de partido, es decir, representantes proporcionales, plurinominales que no hacen campaña al menos de forma directa con el electorado. Nuestro estado también aporta 21 Diputados Federales que despachan en San Lázaro y como todas las entidades 3 Senadores dos por mayoría y uno como primera minoría.
    Nuestra entidad siempre ha tenido representatividad histórica y política en el transcurso de los años; electoralmente somos el tercer bastión de votos solo por debajo del Estado de México y el Distrito Federal. Veracruz es la joya de la corona para quienes aspiran a gobernar el país y sin lugar a dudas es una de las tierras con más efervescencia política no solamente en periodo de procesos electorales, es claro que los movimientos gubernamentales también forman parte del folclor y la expectativa local.
    En 2016 se renovará la gubernatura que actualmente ostenta Javier Duarte de Ochoa. Como de todos es bien sabido, en los partidos políticos –con posibilidades reales- ya hay aspirantes trabajando en búsqueda de esa circunstancia que les permita en primer término la nominación a una candidatura y posteriormente alcanzar la máxima magistratura a la que todo político oriundo de esta entidad puede aspirar y suspirar. En el partido que actualmente ostenta el poder se conocen a los aspirantes con verdaderas posibilidades, mientras que en la oposición todo pareciera indicar que los blanquiazules repetirán fórmula y las izquierdas de igual manera cerrarán filas con uno solo, asimismo de manera independiente se sabe igualmente de uno apuntado hasta el momento.
    Decía Napoleón Bonaparte, uno de los mayores genios de la historia en cuanto a la milicia se refiere que “Cada uno de los movimientos de todos los individuos se realizan por tres únicas razones: por honor, por dinero o por amor”.
    El próximo año, un puñado de individuos buscarán 30 diputaciones locales, otros más competirán entre sí para alcanzar la gubernatura del estado para el periodo de dos años que tiene como finalidad empatar las contiendas locales con las nacionales.
    Si a cada uno de los que aspiran a suceder a Javier Duarte de Ochoa se les preguntara, porque buscan ser gobernantes, dándoles como respuesta solo una opción entre honor, dinero o amor, seguramente la mayoría contestaría que por amor. A lo mejor alguno responde que por honor y ciertamente nadie diría que por dinero. Y es que las respuestas políticamente correctas son esas y ninguno sin importar color o ideología se despegará de ese guion, pero ¿en sus acciones pasadas serán congruentes con la respuesta a esta pregunta?
    Es buen momento de que la ciudadanía juzgue a quienes aspiran a representarnos en los próximos años, y cuál es la motivación que los mueve verdaderamente para hacerlo.
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