Armando Ortiz
El Hijo Pródigo
“No pronuncies en secreto palabra alguna
que no puedas repetir ante mil personas”.
Saadi (1184-1291) Persa
Claro que debería preocupar a la comunidad universitaria la declaración del gobernador Duarte quien aseguró que no se le debe nada a la Universidad Veracruzana. El gobernador, quien aseguró que no iba preparado para esa cuestión, citó del diccionario de la RAE la definición de la palabra subsidio, porque de acuerdo a su apreciación la administración que él encabeza no está obligada a mantener a la Universidad Veracruzana. De buena fe su gobierno subsidia de manera “generosa y solidaria” a nuestra Máxima Casa de Estudios; y que digan que les fue bien. De modo que el gobernador dijo de manera contundente: “A la Universidad Veracruzana no le debemos nada”. Pero sí le deben, claro que le deben.
De acuerdo con Decreto número 319 de Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave para el ejercicio fiscal 2015, el importe para la Universidad Veracruzana asciende a 4,mil 583, millones 300 mil pesos. Este presupuesto, de acuerdo con el Decreto 319 “será cubierto mediante aportaciones convenidas entre el Gobierno Federal y el Estatal, las cuales, estarán sujetas a las transferencias que para tales efectos realice el Gobierno Federal”.
El dinero que aporta la Federación es de 2 mil 117 millones 834 mil 280 pesos. La aportación del gobierno estatal es de 2 mil 465 millones 465 mil 720 pesos. Hasta hace poco las aportaciones de la Federación se hacían vía Secretaría de Finanzas de Veracruz. Se sabe que parte de esos dineros que aportó la Federación no llegaron a su destino. Los pagos se atrasaron a pesar de que la Federación siempre cumplió en tiempo y forma. En reunión con los diputados federales, en ese momento electos, la rectora Sara Ladrón de Guevara comentó que Finanzas le debía mil 800 millones de pesos; trascendió que poco menos de la mitad de esos mil 800 millones eran aportaciones federales que no se habían entregado a pesar de que la Federación había depositado los recursos a tiempo. Para empezar, ahí hay un dinero, que no es del “subsidio generoso y solidario” del que habló el gobernador, que se adeuda a la Universidad Veracruzana.
Ahora bien, para otorgar ese “subsidio generoso y solidario” el gobierno tuvo que expedir un Decreto, el número 319 del Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave para el ejercicio fiscal 2015 en donde se estipula en el artículo primero la “observancia obligatoria” de dichas disposiciones: “En el presente Decreto de Presupuesto de Egresos, se establecen las siguientes disposiciones de carácter general y de observancia obligatoria para la Administración Pública del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave”. Todavía más, en ese mismo artículo se dice que “las Dependencias y Entidades en la ejecución del gasto público, deben cumplir con las siguientes disposiciones en el ámbito de sus atribuciones, y administrar los recursos públicos con eficiencia, eficacia, racionalidad, austeridad y transparencia”. Entonces no nos vengan con que a la Universidad si queremos le pagamos y si no queremos no; es obligatorio. En todo caso, si no piensan cumplir, no eleven esta aportación subsidiaria a Decreto.
Pero déjese usted de “subsidios generosos y solidarios”, la deuda que el estado tiene con la Universidad Veracruzana no se puede evaluar en miles de millones de pesos. Esos 10 mil 164 millones de pesos que dice el gobernador ha aportado su administración para la UV no es nada comparado con todo lo que la Universidad Veracruzana le ha brindado a la sociedad.
Los que pasamos por la Universidad Veracruzana, los que recibimos clases en sus aulas; los que dialogamos con los maestros y condiscípulos, los que nos dejamos conducir por el conocimiento que la UV aporta sabemos que la deuda que tenemos con nuestra alma mater es enorme.
De modo que resulta ofensivo que el gobierno salga ahora con que las aportaciones a la UV son simples “subsidios generosos y solidarios”.
Exhortamos a la comunidad universitaria a que se manifieste, a que repudie este desdén a nuestra Universidad. Exhortamos también a la rectora Sara Ladrón de Guevara a que haga una reconvención digna de una académica, a que ponga de manifiesto su indignación por el trato que esta administración le da a nuestra Máxima Casa de Estudios.
Si no lo hace, entonces que no ande de lengua larga, comentando en lo privado que el gobierno le debe dinero, para después en lo público salir con que no le deben. Mejor que haga caso al proverbio persa que dice: “No pronuncies en secreto palabra alguna que no puedas repetir ante mil personas”.
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