Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Existen es nuestro país entidades donde se preserva el Estado de Derecho, se respetan las garantías individuales, regiones que viven en paz; cuentan con un sólido sistema educativo que avanza, con el que poco a poco están erradicando el analfabetismo; con servicios de salud dignos para la población; gozan de crecimiento económico: con desarrollo industrial, con un sector agropecuario pujante y organizado. Aquí mismo en México; son entidades con sus particularidades –no graves-, propias de un país en vías de desarrollo.
Entre la clase gobernante estatal, el discurso, el pensamiento y la actuar político se han vuelto banales, apartados de la realidad; arrastrados por una perversa ola de corrupción, entrampados por la conveniente impunidad alentada por intereses personales. Condiciones que han generado que la población esté padeciendo necesidades apremiantes y una problemática que engloba desde violencia e inseguridad aguda que ha enlutado a miles de hogares; los veracruzanos tendrían verdadero regocijo si se recibieran nombramientos de Pueblos Pacíficos. Graves insuficiencias en asistencia médica y social; el debacle financiero oficial obliga a trabajadores activos y jubilados de gobierno estatal a hacer contantes plantones para cobrar su salario; serias deficiencias en el sistema educativo básico; pobreza y marginación.
Veracruz se encuentra en la peor época desde hace una década. La población vive en situaciones literalmente kafkianas, entre lo absurdo e inadmisible; que de ninguna manera se merece.
Cabría esperar ante todo lo que ocurre, por tanto, que los “representantes populares”: diputados federales y locales actuaran para promover alternativas de solución y sacar a la mayor brevedad a Veracruz del desastre en que se encuentra.
Pero ¿Cómo podemos esperar que los legisladores locales y federales actúen en beneficio de la ciudadanía, si no hay conciencia del sufrimiento de los veracruzanos? Si no aceptan la relación y el compromiso que debería de existir entre representantes y representados, en consecuencia, no puede haber exigencias ni reclamos de los primeros.
Es casi imposible que haya tal conciencia, si son parte de lo mismo. Es como si se le pidiera al conde Drácula que alabara y defendiera las virtudes del régimen vegetariano.
Un símil de lo anterior pudiera resultar el prianista diputado local, José Ramón Gutiérrez de Velasco, fiel escudero de la cúpula gubernamental estatal y sus intereses; de ágil mutación de representante, defensor y vocero oficial. Totalmente palacio. Ajeno por completo a las necesidades y problemas de sus representados.
Lo expresado retumbó en México, con mayor fuerza en Veracruz -evidentemente también en muchas otras naciones-. La visita del Papa Francisco a los Estados Unidos de Norteamérica cimbró las estructuras gubernamental, diplomática y financiera. El discurso que pronunció durante la 70ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue contundente el Sumo Pontífice con un histórico mensaje dirigido a representantes de 170 países al denunciar: “Un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material” que genera la exclusión de “los débiles y con menos habilidades”.
“La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente”, aseguró.
“El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos”, explicó, y destacó que “esto supone y exige el derecho a la educación”.
El Papa advirtió que “otra clase de guerra que viven muchas de nuestras sociedades” es el fenómeno del narcotráfico. Esta guerra, lamentó, ha sido “pobremente combatida”. “El narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción”. Esta corrupción, señaló, “ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones”.
LOS TRES SENADORES veracruzanos: José Francisco Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa y Fernando Yunes Márquez, continúan conservando una buena relación, que se ha visto fortalecida conforme se va acercando la sucesión gubernamental de Veracruz. Sobre la marcha sus declaraciones también suben de tono.
El pasado sábado, en una reunión que sostuvo con el sector empresarial de la zona norte del estado, Pepe Yunes aseveró que la política debe ser siempre algo que une y que construye, y no un pretexto para el robo, la corrupción y la impunidad; les reiteró a los sectores empresarial, industrial y comercial que no están solos, el Senado está de parte de quienes han hecho de esta región un punto de referencia nacional. Ante la propuesta del Ejecutivo estatal de incrementar del 2 al 3 por ciento el impuesto a la nómina, el senador Yunes Zorrilla señaló que antes de aumentar tasas impositivas, primero debe hacerse un esfuerzo por transparentar el gasto público.
Héctor por su parte, en días pasados aseguró que de llegar a la gubernatura de Veracruz en 2016, inhabilitará a funcionarios públicos que hayan incurrido en desvíos de recursos y empezará por investigar a los peces grandes, lobos, pececillos y demás, con el fin que devuelvan lo sustraído en forma indebida. Hay que empezar por los grandotes, pero hay que entretener a algunos tantito, esos que traen escoltas, vehículos lujosos, del más alto nivel para abajo. Hay que meter a la cárcel a los corruptos, dar ejemplos claros, que le de miedo al funcionario público meter la mano al cajón, aseguró el senador Yunes Landa.
Fernando, reincorporado a sus actividades una vez recuperado de un serio padecimiento respiratorio, no quita el dedo del renglón ante la ola de violencia que azota a la entidad, cabildea para lograr que la Gendarmería Nacional llegue a Veracruz; aunque reconoce que no está fácil, el senador Yunes Márquez continuará insistiendo.
DELICADO RESULTA que el director del Instituto Tecnológico Superior de Chicontepec, Iván Trejo, haya amenazado a los estudiantes de la institución que organizaban una protesta por la destitución de profesores y por desvío de recursos. Previo a la marcha, advirtió a los estudiantes que no le gustaría que el día de mañana el municipio se convirtiera en un “Ayotzinapa”.
Preocupante es también que el diputado Edgar Díaz, quien apadrina a Iván Trejo, reconozca hasta ahora que hay gente externa, incluso armada, que incita a los estudiantes. La incógnita es si el diputado Díaz trata de justificar a Trejo, o todavía peor, si en realidad ya tenía conocimiento con anterioridad de que hay gente armada que incita a los estudiantes, y se lo había estado guardando.
rvazquez002@yahoo.com.mx
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