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    Pope Francis gives his thumb up as he leaves at the end of his weekly general audience in St. Peter's square at the Vatican, Wednesday, Sept. 4, 2013. (AP Photo/Riccardo De Luca)

    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    Muchos nos preguntamos ¿qué pensaran o qué esperan los legisladores federales que les diga el Papa que está revolucionando al mundo, Francisco? Convertido por vocación propia en el Papa de los pobres y desprotegidos; de los agobiados por las injusticias, por la violencia; a quien no le tiembla la voz, ni se anda por las ramas y dice las cosas sin rodeos. Si el Sumo Pontífice cimbró al Congreso estadounidense con un histórico discurso, lo mismo que ante miembros de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en México, sea en el recinto de San Lázaro o en el Senado de la República, hará retumbar las paredes con el mensaje que dirija.

    Reconocido como el líder más tuiteado y más influyente del mundo, Jorge Mario Bergoglio, nació un 17 de diciembre de 1936, día de San Lázaro, patrono de los pobres, realizará una visita de cinco días a nuestro país muy posible en los primeros meses del 2016, como lo acaba de confirmar el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

    La máxima autoridad de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, tiene una completa radiografía, y más allá, cuenta con una resonancia magnética nuclear, clara, precisa y certera de la realidad de todo lo que ocurre en México, donde más del 80 por ciento de la población profesa el catolicismo. Por ello no es fortuito que en su agenda, el papa Francisco esté contemplando visitar Michoacán y Chihuahua, dos de las entidades más golpeadas por el crimen organizado.

    En un país como el nuestro, donde las corrientes políticas de izquierda, derecha y centro, se inclinan hacia un solo lado, el del interés personal, la ciudadanía se sorprende por la pugna entre diputados y senadores porque el Sumo Pontífice haga acto de presencia en la Cámara Baja o Alta, a sabiendas que un buen número de legisladores son completamente ajenos e indolentes a los problemas y necesidades de los mexicanos; que un considerable porcentaje la población sigue padeciendo pobreza extrema; varias entidades permanecen copadas por la delincuencia organizada; la corrupción y la impunidad han favorecido el enriquecimiento ilícito de funcionarios, lo que ha ocasionado graves daños por el desfalco de las arcas en entidades como Veracruz.

    Desde este momento, la ciudadanía da apertura a la expectativa, ha despertado un enorme interés por los mensajes que habrá de dirigir el Papa Francisco durante su estancia en México, que sin lugar a dudas, habrá de generar fortaleza de fe, en una población tan necesitada de ello.

    Los veracruzanos anhelan acariciar la posibilidad de que el obispo de Roma y sucesor de San Pedro visite nuestro estado en el 2016, lo verían con mucho entusiasmo. Miles son las familias veracruzanas que han sufrido los estragos del crimen organizado, como también de los delincuentes de cuello blanco; hay mucho luto y dolor en la entidad, por lo que de llegar a venir el Santo Padre a tierra jarocha, traería un mensaje de alivio para mucha gente.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

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