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    Foto Saúl Ramirez Xalapa

    Foto Saúl Ramirez Xalapa

    Pablo Jair Ortega

    Columna Sin Nombre

    Hasta que alguien metió orden en la Secretaría de Gobierno. Y es que al parecer los antecesores de Flavino Ríos Alvarado se la pasaron jugando con el cargo o haciéndose chaquetas mentales con la gubernatura de dos años, pero no atendían el tema de las constantes protestas que ahogaban a Xalapa.

    Han sido pocas las manifestaciones recientes en la capital veracruzana (a excepción de algunas con causa justa como la de los pensionados), pero ya era común que llegaran a la Plaza Lerdo disque manifestantes afiliados en alguna “organización” de apenas una decena de peludos liderados por un mañoso, que regularmente entraba a Palacio de Gobierno con el pretexto de pedir “apoyos”, pero que finalmente era para cobrar y retirarse.

    Tanto Erick Lagos Hernández como Gerardo Buganza Salmerón (uno acostumbrado a jugar con el cargo; el otro a manejarlo todo muy timoratamente) dejaron que crecieran las “protestas” y hasta llegaron a financiar dichos movimientos para impedir que otros inconformes llegaran a plantarse frente a la sede del Gobierno de Veracruz.

    Ahora dicen que Tío Flavino sentó a esos “líderes”, les sacó los expedientes, les desacreditó sus “organizaciones” con papeles en la mano y les peló la piña: el que llegue a manifestarse para cobrar, que aguante vara. El que bloquee, será desalojado. Así de simple.

    Por algo dicen que el primero en irse fue Manuel de León Maza, quien movía el dinero en la SEGOB.

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