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    Alberto Silva Ramos

    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    Nuestros sinceros deseos de pronta y total recuperación de salud a don Sergio Obeso Rivera, Arzobispo Emérito de Xalapa; humilde pastor de admirable Sabiduría divina.

    “Se fue, pero se quedó”, bien pudiera ser el oxímoron título en sentido metafórico de la obra escénica tricolor montada el sábado pasado en el WTC de Boca del Río. El papel protagónico de la representación que al principio muchos militantes rechazaron, el día del estreno todos los presentes aplaudieron de pie al proclamado personaje, aunque con eructos después de haber tragado sapos; volvieron a ser “fieles”, regresaron a sus raíces. Los críticos de la farándula partidista auguran una corta temporada a la escenificación, ya que una vez ungido el candidato priista a la gubernatura, podría exigir el cambio requerido.

    Lo que se pretende de acuerdo con el contenido de la trama tricolor de este sábado, podría tratarse de una analogía a lo que se refirió el multicitado Sun Tzu, autor del más antiguo y brillante tratado militar alrededor del mundo, El arte de la guerra: “Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas”. El objetivo final es muy claro, confrontar a los aspirantes a la gubernatura para perpetuar la “Fidelidad” a como dé lugar; la obra teatral de este sábado es parte de la estrategia. Los albiazules permanecen deseosos, siguen con los dedos cruzados para que Erick Lagos, o cualquier otro de “Los cuatro fantásticos” fidelianos en San Lázaro, sea designado desde Barcelona como candidato oficial a la gubernatura de Veracruz.

    Los rituales partidistas siguen siendo los mismos de siempre en la vida democrática de nuestro país; sea de cualquier color. Estatutos, ideología y principios, ¡Al carajo! La militancia tricolor demostró una vez más estar sujeta a instrucciones por conveniencia de unos cuantos.

    A la par que el partidazo continúa con los mismos vicios, en la administración estatal veracruzana el desorden se acrecienta en áreas e instituciones afines; incluso en las que supuestamente deberían ser ejemplo de pulcritud. Crecen los problemas y necesidades que enfrentan los veracruzanos; impera el caos, producto de la arraigada corrupción e impunidad.

    A regañadientes, por lealtad a su amigo Beltrones, el senador Héctor Yunes Landa estuvo presente en la investida de Alberto Silva como dirigente priista. Héctor fue enfático al precisar: “Coincido plenamente con Manlio Fabio que necesitamos fortalecernos y unirnos para estar listos en el 2016… asisto bajo protesta, por respeto a mis compañeros de partido, y al presidente nacional del PRI, quien nada tiene que ver con esto”.

    El gran ausente en el evento, el senador José Francisco Yunes Zorrilla, sostuvo su postura de no estar de acuerdo con la designación de Alberto Silva como presidente del CDE del PRI. Héctor y Pepe, se mantienen como los punteros en la preferencia del electorado para que uno de ellos sea el candidato tricolor a la gubernatura.

    La comedia tricolor se extiende todavía más. Del supuesto regreso al PRI del alcalde de Alvarado, Octavio Ruiz Barroso, la realidad es que nunca se fue del partido tricolor como el mismo lo reconoce; su participación en las filas perredistas fue una simple artimaña para cederle la alcaldía a ese partido, como muchas otras tretas a las que se ha prestado el PRD rojo. Octavio Ruíz es señalado por los alvaradeños como un tipo de pobreza humana, arrogante y soberbio; despreciativo con sus gobernados. Ahora se perfila para buscar la candidatura a diputado local, con la camiseta tricolor por supuesto.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

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