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    Impunidad

    Claudia Guerrero Martínez
    Entre lo utópico y lo verdadero

    La muerte del abogado y activista Rodolfo Zapata Carrillo en Coatzacoalcos y del académico jubilado de la Universidad Veracruzana César René de la Cruz Lazo, desaparecido en su domicilio en el Fraccionamiento Las Ánimas y localizado muerto en Banderilla, tienen la misma constante: Impunidad… Por un lado, Zapata Carrillo había denunciado varios ataques en su contra, cristalazos y robos de forma dolosa, mientras las autoridades permitían dejar libre al delincuente y regresar al lugar del crimen para vénganse de su denunciante… Hasta que una pareja de sicarios lo asesina a plena luz de del día…

    Rodolfo Zapata había realizado manifestaciones exigiendo la renuncia de Arturo Bermúdez y de otros, por su pasividad y extraña complicidad ante la ola de delitos desatados en ese municipio y estos, aplicaban un clima de zozobra y terror entre los ciudadanos… La decisión de Zapata era contundente: Ventilar la irresponsabilidad de los cuerpos policiacos y ser escuchado por instancias federales…

    Y su voz se quiso callar asesinándolo… Pero no su causa… Los habitantes de Coatzacoalcos están indignados… Periodistas de esa zona repudian el asesinato de Rodolfo y hasta exigen acciones inmediatas para esclarecerlo… Un ambiente hostil entre ciudadanos y delincuentes puede desencadenar a peores cosas, pues la impunidad permite que células delincuencias actúen a sus anchas, sin que Seguridad Pública o la Fiscalía General de Justicia del Estado detengan a los responsables… Parte de culpa, también la tiene el Poder Judicial por permitir y dejar libres a consumados delincuentes… Todos, en menor o mayor parte son culpables de la muerte de Rodolfo y de César René…

    Y el caso de César René de la Cruz se cuece a parte… El maestro de Física y jubilado de la Universidad Veracruzana no tenía enemigos y era apartidista… Sin vicios y con una vida ejemplar… Fue reportado como desaparecido desde el sábado por sus familiares y encontrado muerto sobre una banqueta, en una de las principales calles de Banderilla… Sin su cartera, ni credenciales y tampoco el vehículo de su propiedad… Presuntamente el móvil, el robo…

    La comunidad universitaria está consternada… Desolada por el asesinato de un buen hombre, de un académico respetado y mucho mejor, querido por sus alumnos, colegas, amigos y excompañeros de trabajo… Sus deudos escribían en las Redes Sociales estar consternados por la muerte de un hombre bueno y sin enemigos… Y criticaban a las autoridades estatales por la falta de seguridad, que ha llegado a la comunidad universitaria, sin explicación alguna… Sin justificación del hecho o suceso…

    Lo cierto es que si la impunidad continúa floreciendo, los delincuentes trabajan a sus anchas sin el menor pudor o miedo… Las calles son su mejor arma y cualquiera puede portar un arma como intimidación para llegar a sus fines… Y todos estamos expuestos a ser la siguiente víctima…

    Mientras, muchos policías quienes pueden estar en rondines y cuidando la seguridad de los veracruzanos, son utilizados como guaruras o ayudantes en casas de funcionarios estatales… Peor, también en casa de familiares, amantes, compadres, periodistas oficialistas que protegen con su pluma a Javier Duarte y hasta trabajadoras de la servidumbre y nanas de hijos de políticos, también cuentan con guardaespaldas…

    ¿Y así exigimos más seguridad? Inteligencia y Análisis Criminal, perteneciente de SSP sabe, gracias a diagramas e investigaciones, cuáles son los grupos criminales incrustados en nuestro Estado e imponen su ley con el miedo, acoso y agresión… Lo malo, es que ni Seguridad Pública, ni la FGJ hace nada y sólo guarda silencio de forma extraña, permitiendo que estos criminales trabajen a su libre albedrío…

    Nuestro pésame para las dos familias, quienes lloran la muerte de Rodolfo y César… Grandes pérdidas para la sociedad y esperemos justicia para ambos y no colocarlos, como estadística de muertos por una sociedad convulsionada… Merecemos un mejor Veracruz, es lo que reclamamos los ciudadanos…

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