Según las teorías de la difusión cultural, un meme es una unidad de información cultural transmisible de un individuo a otro, de una mente a otra o de una generación a la siguiente. Actualmente, el ejemplo más inmediato de este término lo encontramos en Internet, donde todos los usuarios hemos visto y compartido al menos uno de estos memes que rápidamente alcanzan una amplia difusión. Éstos pueden ser imágenes, videos, historietas, frases… En fin, todo tipo de expresión que pueda ser interpretada.
Pongamos un ejemplo más accesible: Figúrese la imagen de una casa londinense de clase media, con su típica fachada y de tamaño estrecho. Junto a ella se encuentra la fotografía de David y Victoria Beckham y bajo ésta, en letras pequeñas, la fecha de su boda: 4 de julio de 1999.
Debajo de ambas imágenes encontramos otras dos: una nueva foto de la pareja, ahora fechada en 2014, y junto, una mansión que según las letras pequeñas se encuentra valuada en 10 millones de libras.
Por sí solas, las cuatro imágenes ¿qué mensaje pueden ofrecer? La mayor parte de las personas sabemos que los Beckham han desarrollado carreras en industrias que reportan millones, y podemos suponer y aceptar que su fortuna ha sido fruto del tiempo y el esfuerzo… Pero el mensaje fuerte viene a continuación, en forma de texto bajo todo lo anteriormente descrito:
“La mayoría de las mujeres quieren un hombre que ya esté establecido. Una mujer fuerte será parte de la lucha de él, la sobrevivirá, triunfarán juntos y construirán un imperio”.
No sé a usted, pero a mí el mensaje final de este meme me parece ridículo y peligroso, dada su naturaleza viral. Como mujer, ¿quiero ser fuerte en los términos que esta imagen presenta? No, por nada del mundo. No deseo ser “una mujer fuerte” si para ello debo definirme a partir de la “debilidad” de otras mujeres… “Debilidad” que después de todo tiene su origen en la educación recibida, tanto fuera como dentro del núcleo familiar. ¿O acaso no persiste aún en muchos hogares la idea de que ésta es el reino de la mujer y que la obligación del marido es la de llevar el sustento? ¿No vemos aún en muchas novelas el triunfo de la protagonista pobre que se casa con el hijo de familia rica tras mucho sufrimiento?
En términos generales, ¿realmente vivimos en una sociedad donde se ha erradicado del todo del todo el deseo por la pasividad femenina? No lo creo. Y considerando las consecuencias psicológicas, físicas y económicas de desarrollarse en un entorno que te anima a ello, yo no deseo alzarme sobre las mujeres cuya educación las ha llevado a elegir un camino que pueda parecer desfavorable o señalable.
Repito: no quiero ser una mujer fuerte si eso significa mirar por encima del hombro a las que supuestamente no lo son… ¡Y mucho menos si lo soy sólo en la lucha de él!
Polisemia
polisemia@outlook.es
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