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    Juan Bueno Torio
    Álvaro Belin Andrade

    Hora Libre

    En todos los ámbitos políticos y periodísticos se están dando por hecho dos tendencias definitivas de la participación de la oposición en los comicios de 2016 para la sucesión gubernamental: por un lado, que habrá coalición entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que permitiría unir el flujo de votos que ambos partidos han obtenido en las recientes elecciones federales, y por otro, que dicha alianza o coalición llevará como candidato al diputado federal panista Miguel Ángel Yunes Linares.
    La posibilidad de que estas dos tendencias se concreten ha levantado las alertas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), entrampado estos últimos meses en la definición de un candidato que permita unidad e inclusión (según la definición dejada por el dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones el viernes pasado en el rancho San Julián), que puede surgir del grupo duartista, que busca la continuidad del proyecto de Fidel Herrera Beltrán, o de quienes han plantado cara a esa posibilidad y que buscan reformular el rumbo político de Veracruz, a través de los dos senadores priistas, Héctor y José Francisco Yunes.
    En ambos casos, ni el duartismo ni el yunismo rojo han ganado la batalla para enarbolar con sus respectivos prospectos el estandarte del PRI en 2016, y tampoco parece claro que la oposición vaya a ir unida para tratar de desbancar a los priistas de un control que ya se acerca a las ocho décadas sin alternancia democrática. No hay, a la fecha, acuerdos en firme a nivel de las cúpulas nacionales respecto a una alianza entre izquierda y derecha en Veracruz, y pasarán entre 30 y 40 días para que esa alianza se concrete o se deseche.
    Si el tema de la alianza opositora se ubica todavía en los buenos deseos de las dirigencias estatales del PAN y el PRD, aun cuando esta finalmente se consolide faltará ver quién de los dos candidatos que luchan en el interior del PAN para lograr la candidatura queda en firme, por más que Yunes Linares haya iniciado ya su recorrido por la entidad, con dificultades logísticas y de convocatoria por cierto, que le han hecho encabezar reuniones en que no se nota la fortaleza que ha buscado proyectar.
    Porque Juan Bueno Torio, primer diputado federal del PAN en Veracruz y exsenador de la República, se está convirtiendo en moneda de cambio de uno de los grupos que pujan fuertemente por colocarse en la antesala de la nominación presidencial de 2018, que por cierto hará todo lo posible porque el diputado federal plurinominal Miguel Ángel Yunes Linares no llegue a la postulación el próximo año.

    Bueno Torio viene con fuerte respaldo

    Juan Bueno Torio dará el campanazo de salida a su precampaña el próximo domingo 6 de diciembre en Veracruz, cuando se estima que sea cobijado fuertemente por personajes de enorme influencia en su partido, peleados con la posibilidad de que el expriista oriundo de Soledad de Doblado tome por completo el dominio del PAN en Veracruz.
    Estará, por ejemplo, la exprimera dama Margarita Zavala Gómez del Campo, perfilada ya como aspirante presidencial en 2018. Golpeada por un misógino Andrés Manuel López Obrador (quien la ha buscado descalificar aduciendo que sus aspiraciones a la silla presidencial son motivadas por su esposo el expresidente Felipe Calderón Hinojosa), Margarita Zavala ha sorteado los múltiples obstáculos que le han impuesto en su partido, uno de ellos, el haberle negado la posición número uno en la lista plurinominal para diputados federales en los comicios intermedios de este año, cuando fue desplazada justamente por Miguel Ángel Yunes Linares, antaño protegido del matrimonio Calderón-Zavala, que lo impuso en 2010 (tras el pastelazo en su cumpleaños cuando era director del ISSSTE) como candidato panista a la gubernatura por sobre los deseos de Gerardo Buganza Salmerón, quien hoy la buscará como candidato independiente.
    No solo la oriunda de la Ciudad de México cobijaría a Juan Bueno Torio, sino también dos de los políticos más leales al expresidente michoacano: el senador por Puebla Javier Lozano Alarcón, presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado de la República y exsecretario de Trabajo y Previsión Social, y el senador Ernesto Cordero Arroyo, quien fuera titular de la Sedersol y de Hacienda y Crédito Público, ambos marginados por la actual dirigencia nacional del PAN para la toma de decisiones o presentación de proyectos legislativos.
    Que Ernesto Cordero se decante por Bueno Torio es una señal muy fuerte. Hay que recordar que en las elecciones internas para definir el candidato presidencial del PAN en 2012, cuando Cordero peleó con Josefina Vázquez Mota, tanto el presidente Felipe Calderón como Javier Lozano y Miguel Ángel Yunes apoyaron al exsecretario de Hacienda. ¿Por qué ahora se han distanciado de quien fue el más fuerte respaldo en Veracruz a esa candidatura?
    De manera que, como en el caso del PRI, la selección del candidato panista (sea para contender bajo esas siglas o bajo el esquema de alianza con el PRD) responde no solo a la coyuntura y a la correlación de fuerzas en el ámbito local sino que será decidido con base en el choque de fuerzas entre el dirigente nacional Ricardo Anaya Cortés y el grupo calderonista que se apresta a regresar a Los Pinos en 2018, luego de que en los comicios de 2012 perdiera la oportunidad de la continuidad cuando les ganó la jugada Josefina Vázquez Mota.

    La alianza PAN-PRD podría nacer muerta

    Pero no solo en el PAN hay dificultades para la alianza y la definición del candidato como para señalar que ya hay una definición en la sucesión del próximo año. La visita a Xalapa el viernes pasado del fundador del PRD Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, acompañado del senador Alejando Encinas Rodríguez, ambos salidos del partido que ayudaron a crear, está generando fricciones en el propio partido del sol azteca sobre la figura de Miguel Ángel Yunes Linares.
    Cuauhtémoc Cárdenas, quien fue agredido durante su campaña presidencial a su paso por Xalapa, cuando el entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes, le envió un grupo de homosexuales a escandalizar en el sitio en que sostenía una reunión con sus correligionarios, en el gobierno de Patricio Chirinos, marcó claramente su oposición, primero, a una alianza de la izquierda con la derecha, y segundo, que el candidato de esa alianza sea un personaje con una trayectoria de golpeteo y represión contra la izquierda.
    Cualquiera diría: ¿y quién le va a hacer caso dentro del PRD a un dirigente histórico que ya ha renunciado a ese partido? Uno muy importante, el expriista Agustín Basave Benítez, recientemente ungido Presidente nacional del PRD, quien ha buscado el acercamiento con el michoacano para que regrese a las filas del partido que fundó en mayo de 1989 junto con personajes como Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo.
    Pero no es el único que se opone a la alianza del PRD con el PAN. Tanto en el país como en Veracruz, muchos sectores del PRD han marcado su raya respecto a este experimento que ya ha tenido frutos en estados como Sinaloa, Puebla y Oaxaca, aunque sin mayores beneficios para la izquierda, pues ni ha cogobernado ni ha obtenido más posiciones políticas en el ámbito legislativo y en gobiernos municipales.
    Como para dar el puntillazo a la alianza, este lunes renunció a la dirección de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), Francisco Valencia García, para ir a luchar por la candidatura al gobierno de Veracruz por el PRD, con la propuesta de un ‘gobierno de la reconciliación’. Paco Valencia es un personaje muy cercano a dos gobernadores, el priista Javier Duarte de Ochoa en Veracruz, y el perredista Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán, y con ambos seguramente lo ha consultado, como para romper la posibilidad de la alianza con el PAN. Unas horas después de anunciar su propuesta, Paco Valencia recibió el respaldo del Partido del Trabajo (PT), que sigue vivo en Veracruz.
    De manera que faltan muchos momentos álgidos para que se den las dos hipótesis que pondrían con grandes posibilidades la alternancia política en Veracruz.

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