Esfera Política
El arribo del general de división Juan Manuel Rico Gámez a la comandancia de la VI Región Militar en Veracruz no es fortuito. El nuevo mando castrense en la entidad se ha desempeñado como Subjefe de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional; Jefe de la Policía Judicial Federal Militar. Ha sido agregado militar en el exterior; comandante y jefe del Estado Mayor en diversas zonas militares; cuenta con Maestría en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacional, en la Planta del Colegio de Defensa Nacional. Ha recibido condecoraciones especiales.
Se comentó este miércoles en el desayunadero de moda de Polanco: ¡Para Veracruz va Héctor o Pepe! Uno de los interlocutores, integrante del cenit tricolor nacional debatía que no podían arriesgarse a que les arrebaten la entidad, por las repercusiones directas que traería para la grande, para la contienda de 2018. En un lapsus de sensatez reconocía el personaje: “En Veracruz el partido está demasiado desgastado. El problema radica en que no es únicamente un área o sector lo que está mal, que si así fuera, veríamos la forma de subsanarlo. Lo complicado es que para donde quiera que mires todo es un desastre”.
En efecto. Con pleno conocimiento de causa, en el Altiplano saben que para elegir gobernador en Veracruz, los eslóganes de campaña hoy más que nunca apelarán a lo emotivo. Es muy evidente el desinterés del electorado de escuchar proyectos políticos, la realidad ubica a la ciudadanía en estar atenta en términos de buenos y malos; lo cual será bien aprovechado como bandera por los candidatos de oposición al tricolor.
En la contienda electoral que se avecina, los veracruzanos no desperdiciarán la posibilidad de expresarse, van a decidir y saldrán a votar por quien consideren que garantiza la mejor opción como gobernador; no van a votar por el partido, de eso no existe la menor duda. La historia nos muestra que persistir en continuar menospreciando a la población, nunca ha arrojado resultados positivos. La ciudadanía va a reclamar la devolución de la dignidad y de verdadero bienestar para todos.
El hartazgo ciudadano se sigue expandiendo. Entre muchos otros males, los discursos y las ocurrencias de nada sirven para combatir la delincuencia organizada. Cada día son más las familias que padecen los estragos de la violencia. El número de hogares veracruzanos enlutados va en ascenso; la delincuencia organizada opera con toda crueldad.
Gobernar la entidad no debe significar un juego de canicas. Los veracruzanos merecen ser tratados con toda seriedad, de una manera digna. La discriminación de todos los sectores de la sociedad ha sido el distintivo que ha caracterizado a la clase gobernante estatal desde hace más de once años. El daño ocasionado al tejido social es lo más grave; por lo tanto, el hastío de la población no se puede interpretar como una inconformidad insignificante; no es un descontento simple.
Esto es lo que los tiene preocupados en el centro del país. Están conscientes de que pese a que habrá un derroche de recursos descomunal para la campaña a gobernador, la incertidumbre impera.
Desde Barcelona siguen moviéndose los hilos siniestros para impedir que cualquiera de los tres aspirantes de apellido Yunes se convierta en el próximo gobernador. Hacer abortar la coalición PAN-PRD es parte de las artimañas.
El candidato del tricolor a la gubernatura de Veracruz habrá de surgir de un grupo político distinto al que pretende mantener secuestrada la entidad por un tercer periodo administrativo.
El cambio no es opcional, es fundamental.
rvazquez002@yahoo.com.mx
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