Brenda Caballero
Números Rojos
“Me quieren quitar mi terreno”, me dice una señora muy afligida con sus niños en mano.
Sin querer, coincido con ella y me cuenta que junto con su esposo están construyendo una casita en un lote que tienen en Emiliano Zapata, para ser precisa: en el Predio Santa Lucía I.
Sigue contando que hace un par de años compró con muchos sacrificios un lote al ejidatario, incluso tiene sus papeletas de pago de cada año; sin embargo, a pesar de que ya es dueña del predio, hace unos días se enteró de que el arquitecto Hugo Banda Rivas ha llevado compradores para revender algunos lotes como lo hicieron en la colonia Santa Lucía I.
Sus ojos se llenan de lágrimas cuando me dice que apenas han echado los cimientos y que no han podido terminar porque rentan un cuartito en Xalapa, además de que tiene a sus dos hijos en la primaria.
Asegura que su esposo ha recibido amenazas y le han dicho que se queje donde quiera, pues a ellos no les van a hacer nada porque son influyentes.
Pero Hugo Banda Rivas no está solo. Detrás de él se encuentra Juventino Varela Salazar. Haciendo memoria, elementos de Seguridad Pública del Estado han tratado de cumplir mandatos judiciales de desalojo sin resultado. Al contrario, hasta dos personas han perdido la vida.
Cuentan que si uno quiere entrar a la colonia Santa Lucía I y II, tiene que tener autorización de Varela Salazar. Aseguran que hasta se han pedido favores sexuales por tener un lote en esas colonias.
Pero ¿Quién es Juventino Varela Salazar?
Es considerado un líder de invasores desde hace varios años, así como el representante de la Asociación Civil por los Derechos Humanos y Sociales. En el 2012, fue detenido con base en una orden de aprehensión girada por el juez primero de primera instancia adscrito al penal de Pacho Viejo por el delito de despojo y fraude, así como extorsión. Salió libre y es la fecha de que Varela Salazar sigue haciendo de las suyas, pues hasta los partidos lo buscan para que lleve a su gente a los mítines políticos.
Aunque también es extremista, pues ha desquiciado el centro de Xalapa con el argumento de las altas tarifas de agua y ha amenazado con la permanencia indefinida, así como hasta recurrir a acostarse en la vía Pública y desnudarse si las autoridades no cedían a sus caprichos.
Lo malo de este asunto es que no es nuevo. El problema en esas colonias va a cumplir 6 años y constantemente hay enfrentamientos en los que hasta un menor de edad ha sido baleado.
En algún tiempo, Gerardo Buganza, cuando fue Secretario de Gobierno, habló con ellos y se hizo cargo del problema social; sin embargo, a la fecha, no hay solución al despojo de predios y anomalías que suceden en esas colonias.
Buganza se ha ido, y a finales de diciembre tendremos nuevos funcionarios. Esperemos que paren la corrupción, despojos y desalojos de los que son objeto varias familias.
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