Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Cuando el mesías tropical levante la mano del ungido y diga en voz alta: ¡Ejte ej mi candidato, ej el candidato de ujtedej, ejte jerá el projimo gobernador de Veracruj! La multitud aplaudirá, gritará y vitoreará al abanderado del partido Movimiento de Regeneración Nacional, Morena.
Ya en plena campaña. En el norte, sur y centro –costa y alta montaña-, Andrés Manuel López Obrador volverá a hacer acto de presencia, en los mítines para apuntalar la campaña del contendiente de su partido, Cuitláhuac García. Entonces cimbrará el estado. Las loas harán retumbar las paredes de las sedes partidistas.
Los veracruzanos se muestran completamente hastiados por todo lo que ocurre; platica y conceptúa que la impunidad se ha vuelto como una daga que atraviesa. La población está extremadamente deseosa de un cambio, para bien; está tan indignada que podría llegar a agarrarse de un clavo caliente, orillado por todo lo que padece, con tal de albergar posibilidades de mejoría.
López Obrador será paciente; esperará agazapado a que los primos incómodos –uno con otro- se sigan haciendo garras, para que en el momento que lo crea oportuno dé el salto, vendrá a territorio veracruzano las veces que considere conveniente para darle calor a su elegido.
En el sistema político mexicano impera la ecuación tradicional: un pobre igual a un voto; por consiguiente, si en Veracruz hoy en día tenemos un mayor número de personas en condición de pobreza, esto se consideraría favorable para el partido oficial. Mas esta igualdad matemática ha llegado a romperse.
El clientelismo electoral está mutando. Se han dado experiencias en que la pobreza termina de ser útil para preservar la gobernabilidad. La lealtad electoral de los pobres contemporáneos constituye un error conceptual. Los votos ya no son seguros porque la pobreza es plural y las políticas focalizadas no se administran homogéneamente. Llega a brotar el factor sorpresa, los electores toman decisiones propias y salen a votar. Con mayor predisposición cuando las condiciones en que vive la población son completamente adversas -léase Veracruz-; atmósfera indeseable causada por la anterior y actual élite gubernamental estatal.
La clase gobernante veracruzana no previó que despertaría al sector juvenil; a los estudiantes universitarios los están haciendo reaccionar. Las marchas multitudinarias de la comunidad de la UV de la semana pasada en diversas regiones de la entidad, son para reflexionar. Gritaron reclamos de todo tipo. No fueron porras las que lanzaban al gobierno de Javier Duarte, se escuchó todo lo contrario. El 30 por ciento del electorado son jóvenes. Este lunes está convocada otra marcha de la UV.
En las pasadas elecciones para diputados federales, Cuitláhuac García, candidato de Morena, arrasó en el distrito Xalapa Urbano, lo mismo sucedió en Coatzacoalcos. En el Distrito Federal Morena le arrebató al PRD cinco delegaciones. Por tratarse de la capital del estado, Xalapa, donde acude gente de todos los rincones de la geografía veracruzana, pudiera darse el efecto de la piedra en el estanque hacia el resto de la entidad.
En el ambiente político, hay quienes auguran la posibilidad de que los dos candidatos Yunes: del partido tricolor, Héctor; del azul, Miguel Ángel, podrían quedar atrás; corren el riesgo de ser rebasados por el postulante de Andrés Manuel.
Por la forma en que se van desarrollando los acontecimientos, no se puede descartar un posible escenario en el que se cumpla la sentencia de “El Tío”, siniestro veracruzano, de que un Yunes no llegue a ser gobernador de Veracruz; se consumaría su anhelado sueño y se la pasaría de brindis con cava, una y otra vez, en Las Ramblas, en Barcelona. Javier Duarte volvería a dormir tranquilo.
Lo que circula en el medio político, es que en ambos equipos, en el de Héctor y en el de Miguel Ángel, se está infiltrando gente que le sigue prendiendo incienso a Fidel Herrera, le comunican los pormenores. Conforme avanza el proceso electoral, ambos aspirantes a la gubernatura tienen incrustados un mayor número de “colaboradores”, “expertos estrategas” que robalean en los dos lados, por aquello de las cochinas dudas; encargados de restar en vez de sumar, debajo de la mesa.
rvazquez002@yahoo.com.mx
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