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    Héctor Yunes Tec

    Elena Córdova
    Luna Nueva

    Mi solidaridad con la Universidad Veracruzana.

    Al igual que a muchos hijos de familia modesta veracruzana, mis padres siempre me inculcaron la idea, me apoyaron en la intención que ya tenía de cursar estudios de educación superior. Ellos siempre pensaron en mí como una futura profesionista… así me veían. Esa esperanza, traducida en palabras llenas de amor, las acompañaban con una especie de advertencia cariñosa, al decirme: “estudia que es la única herencia que te dejaremos”. No fue sólo eso…
    Llegado el tiempo, me tocó presentar mi examen de admisión para la Universidad Veracruzana. Sin entrar en más detalles, no tuve el honor de formar parte de esa extraordinaria comunidad universitaria de la máxima casa de estudios. Sería el destino el que me llevó a cursar y culminar mis estudios de educación superior en el Instituto Tecnológico de Úrsulo Galván, de donde orgullosamente egresé como Licenciada en Administración.
    Durante mi estancia académica tuve muchas experiencias agradables, conocí muchas historias y había una en particular que me generaba mucha inquietud. Y ésta era la idea que tenían muchos jóvenes y tutores por igual, de qué al no quedar dentro de la universidad veracruzana, la segunda opción era estudiar en los tecnológicos ubicados dentro del estado de Veracruz. Nada tan lejos de la realidad.
    Actualmente, Veracruz cuenta con seis tecnológicos federales, un centro regional de optimización y desarrollo de equipo (Crode), veintiún tecnológicos estatales, tres universidades tecnológicas y un instituto politécnico. En conjunto existen más de treinta campus ubicados en gran parte del territorio veracruzano, por citar: la sierra de Huayacocotla, Zozocolco y Uxpanapa, lo cual facilita a jóvenes de las zonas rurales y muy alejadas poder prepararse para enfrentar su futuro.
    Esta estrategia y el ofrecer carreras acordes a la región donde se localizan, facilita al egresado el poder emplearse, incluso autoemplearse, favoreciendo con ello a la vez el desarrollo de la región de donde provienen. En suma, la educación tecnológica en Veracruz provee a los jóvenes de 36 ingenierías, nueve licenciaturas, 18 carreras de técnico superior universitario, diez maestrías, una especialidad y tres doctorados. Con lo cual, hoy en día, aproximadamente 88 mil jóvenes pueden continuar con su preparación académica y contar con un futuro con mayores oportunidades.
    Y al igual que ha sucedido con las universidades públicas, de los tecnológicos han surgido grandes personajes anónimos, creadores y mentores, que han hecho su aportación científica en beneficio de Veracruz y aún más allá, hoy podemos ver como jóvenes estudiantes van a competir con lo mejor de otros países y obtener primeros lugares en su área, lo que habla de la calidad y el nivel de la educación tecnológica hoy en día en Veracruz.
    En lo personal, he tenido la fortuna de conocer y tratar a la actual diputada Octavia Ortega Arteaga, al líder sindical Fernando González Rivas, a Ricardo Orozco Alor, quien fue un notable director en el “Tec” de Coatzacoalcos, sin dejar de mencionar al director estatal, el doctor Francisco Rangel Cáceres, como personajes destacados de este ámbito tecnológico.
    Como cité al inicio, y en memoria de mis padres, mi educación tecnológica no fue la única herencia que me dejaron… su fe en mí, el orgullo de verme titulada y toda una profesionista como era su deseo, me motivan día a día a ser mejor y a orientar a muchos jóvenes con las mismas raíces que las mías al compartirles lo que siempre he pensado, que no importa de dónde vengamos sino a dónde queremos llegar.

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