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    campesina

    Elena Córdova
    Luna Nueva

    Todos entendemos que la palabra Dignidad tiene un alto sentido y valor tanto para hombres como para mujeres. Son tantas las acepciones y significados que podemos dar a esta grandiosa palabra que es mejor tratar de centrarnos en lo que significa para muchas mujeres con las que he platicado y las que he leído en más de alguna vez, además, expertas en temas de género. En mucho, hay una gran coincidencia en que tiene que ver con el respeto. Incluso, el propio Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su definición dice: “Sentirse merecedor de respeto”. De ahí partimos. Personalmente, me atrevo a decir que una mujer digna es aquella que se sabe merecedora de ser respetada, aceptada y reconocida; siempre ejerciendo su derecho a pertenecer y estar en conexión con los demás, mujeres y hombres, sin tener que ocultar sus ideas, credos, preferencias y defectos.
    Recientemente, leí un artículo que citaba que las mujeres rurales hacen grandes aportes a las economías del campo de todo el mundo, que va desde sembrar, cosechar, producir y procesar alimentos, al tiempo que cuidan y procuran a sus familias, generando ingresos y contribuyendo al bienestar general de sus hogares.
    Sin embargo, al día de hoy, en pleno siglo XXI, en muchos países, las siguen discriminando, por lo tanto, no pueden acceder a los instrumentos básicos para producir, como son los insumos agrícolas; eso sin dejar a un lado el acceso a la educación, salud y empleo, entre otros, lo que les impide gozar de sus derechos como mujer productora. En ese mismo texto, se cita que, lo cual se me quedó muy grabado, brindar oportunidades a las mujeres del campo es brindarles dignidad y futuro.
    A propósito del tema, hace poco leí una declaración de la directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Nuvia Mayorga Delgado, quien negó que el sector campesino y agrícola de la población veracruzana, sean considerados como un botín político.
    En ello coincido total y absolutamente.
    Como es sabido, este 3 de abril inician las campañas electorales para la renovación a gobernador de nuestro estado, y en las precampañas que concluyeron, vimos a los 7 precandidatos exponer gran parte de sus propuestas políticas a favor de los diferentes sectores de la sociedad veracruzana. A mi juicio, el único que llena las expectativas que tienen los campesinos es Héctor Yunes Landa, quien ha sido un hombre propositivo y no de ocurrencias; con conocimiento de causa y no actúa bajo suposiciones o argumentos ingeniosos. Este conocimiento y la congruencia que muestra es producto de su vasta experiencia académica, como funcionario público, representante popular, sin dejar a un lado su sensibilidad política mostrada a lo largo de sus 37 años al servicio de la sociedad veracruzana.
    Como integrante del comité de la Confederación Nacional Campesina (CNC), y además responsable de la secretaría de Acción Femenil, tengo la certeza de que las mujeres del campo veracruzano tendremos mayores oportunidades de desarrollo y crecimiento familiar y patrimonial, con la llegada de Héctor Yunes al gobierno de Veracruz, y con ello, muchas mujeres rurales que se dedican a la producción agrícola recuperaremos nuestra dignidad y tendremos un mejor futuro, para nosotras, nuestras familias y Veracruz mismo.

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