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    Violación de Lucrecia

    Sheyla Fuertes Lara

    Mujeres que Saben Latín

    En los últimos meses han circulado en diversos medios y en las redes sociales información de diversos casos de abuso sexual en contra de jovencitas y niñas, este delito se ha registrado a nivel estatal y a nivel internacional.

    Aquí en el estado hubo dos casos que causaron indignación general, el de la joven Daphne Fernández, quién denunció a sus agresores y conforme a los hechos se determinó el delito de pederastia por ser menor de edad.

    Poco después, se denunció otro, el de una joven de 19 años de edad que fue violada, grabada y exhibida por tres estudiantes de la Universidad del Valle de México. La madre de la joven presentó la denuncia y los estudiantes fueron dados de baja de la universidad.

    Y si esto no fuera poco, también conocimos la brutal violación colectiva a una joven de 16 años drogada y violada por 30 hombres y de la que presumieron en redes sociales, hecho que despertó la indignación en Brasil y en el mundo.

    Otro caso terrible ocurrió en Utah Estados Unidos, en el que una menor de 9 años de edad fue violada por tres hombres, que más tarde fueron detenidos acusados de violación en primer grado y sodomía a un infante.

    Estos hechos también provocaron la ira en gran parte de la sociedad porque no es posible que siga presentándose la cultura de la violación como algo normal y que los delitos queden impunes. Y es que esta sociedad machista se normaliza la violencia y se sigue culpando a las mujeres de ser víctimas de estos sucesos.

    ¿Cuántas veces no hemos escuchado que si algo nos pasa es porque nos lo buscamos, porque íbamos solas, por cómo nos vestimos, por cómo caminamos, porque nos subimos al auto de un conocido o desconocido, porque fuimos a su casa, entre tantas más?

    Lo que las personas no terminan de comprender es que una mujer puede vestirse como quiera, caminar sola, estar donde ella quiera, subirse al auto de quien quiera, pero nadie puede obligarla a hacer lo que no quiera, nadie tiene derecho a agredirnos.

    Lo que se tiene que hacer es dejar los prejuicios moralistas de lado, porque no abonan y hacen ver los hechos de violencia como algo que se buscan las mujeres, y se les quita la responsabilidad a los victimarios.

    Hace unos días escuchaba en una conferencia al ponente decir, que un hombre también puede ser violado por una mujer, ojalá hubiera presentado datos que puedan demostrar esto. Pero no lo hizo. En cambio, las agresiones sexuales de las que se tiene registro siguen siendo de hombres hacia mujeres, niñas, personas homosexuales y transgénero, porque hay una cultura que les permite a los varones disponer de los cuerpos que considera vulnerables y sobre los que puede demostrar poder: ésa es la cultura de la violación.

    El tema es que las sociedades cambian y no podemos quedarnos atrás y seguir reproduciendo la misma educación que recibieron nuestros ancestros. Tenemos que educar en la construcción de relaciones igualitarias basadas en el respeto y reconocimiento de las mujeres como seres de derecho; en esto deben enfocarse quienes tienen hijas, hijos, para no seguir propiciando relaciones de poder, de dominación, porque está demostrado que lo único que provocan es más violencia.

    Y no, la violencia no es normal, son procesos aprendidos que podemos desaprender, y en esto nos toca participar a todas las personas, no sólo a las mujeres. Que faltan muchas cosas para logarlo, sí; que falta mucho para ver un cambio, igual. Pero desde nuestro entorno podemos contribuir con un grano de arena, para cambiar esto. Vale la pena que lo hagamos.

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