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    Yunes Linares
    Rafael Castillo Zugasti

    El Red Room

    No habrá transición tersa, léase bien, si no hay un agente que la produzca de tersa manera. Ello lo tiene que tener en claro quien sea el encargado de dirigir el cauce de la misma.
    Hasta el día de hoy, hemos visto como el agente principal de la transición, se ha venido desenvuelto de varias maneras: por un lado, emplaza y “ataca” a los tomadores de decisión pública en el presente, que nos guste o no fueron elegidos gobierno hace 6 años; y por el otro, coquetea de temprana manera con los poderes y órganos del Estado.
    Ya lo vimos en el salón de plenos del Poder Judicial; ya convocó a los integrantes de la Legislatura, para asistir a la Catedral de la Democracia de todo Estado, el Congreso Local, y departir y hacer un llamamiento desde la máxima tribuna de Veracruz, para que todos los agentes y factores públicos entren a la cordura, a su cordura.
    Ya estuvo con un cabildo en un municipio emblemático por su tradición, y aportación, petrolera, donde dice escucho el sentir de la población representada en sus autoridades locales.
    Ya convocó a Alcaldes, Congresistas, Senadores, Empresarios, a casi todos. Ahora lo único que falta, para que la Transición llegue a buen cause es que se auto convoque él mismo.
    Y lo tiene que hacer, para entender que no todos van a pensar como él considera que es lo fundamental pensar. Que entienda que en Veracruz, el estado que gobernará no por la decisión de millones, como lo ha venido cacareando en últimas fechas, sino por el millón cien mil sufragios que tuvo, es diferente, aún cuando él declare que sigue siendo el mismo de siempre, al que tuvo la oportunidad de co-gobernar en la medianía de los años 90’s del siglo pasado.
    Hoy Veracruz, y sus ciudadanos, tienen un mayor acceso al acontecer real de las cosas; al minuto a minuto de las decisiones que se toman en la esfera de lo público.
    Hoy Veracruz, y sus habitantes, sabemos bien a bien lo que nuestros “gobernantes” han sido, son y podrían llegar a ser capaces de hacer por detentar, y con ello sus beneficios que produce, el poder por el poder mismo.
    Hoy Veracruz, y todos los que en el Estado cohabitamos, entendemos que ellos, los “gobernantes”, son nuestros empleados públicos y que por ende nos tienen que respetar en nuestros derechos, personas y bienes; de lo contrario, hemos descubierto el arma con que en el devenir los podremos neutralizar: la fuerza del sufragio.
    Por ello, quien presume “gobernará” la Entidad desde el próximo primero de diciembre, debe conocer aparte de esquemas de innovación gubernamental, para poner la casa en orden y administrar el desorden en la inmediatez que hace gobierno, debe conocer de humildad, de paciencia, de cordura, de tesón, de prudencia para con sus “gobernados” que no somos otra cosa que sus patrones, sus contratantes.
    Es así, por lo anterior, que el futuro empleado público de todos los Veracruzanos, léase Gobernador de Veracruz, debe ponerse a trabajar en lo próximo, más que para ver como le van a entregar la casa, si es que se la llegan a entregar porque jurídicamente los no agraciados con los resultados electorales han interpuesto cerca de 80 recursos de anulación de la misma, en ver con quienes va a poner la casa en orden, que a nuestro parecer necesitaría forzadamente fueran todos y cada uno de los Veracruzanos.
    Ello, poner la casa en orden, que genere un buen gobierno donde las expectativas e nuestro principal empleado público, no sean solamente suyas, sino de todos para los que trabajara, ahora si de los millones de Veracruzanos, que no todos lo eligieron por cierto, y con ello darle cause y contenido a un gobierno abierto, plural, incluyente y pensante de la solución ideal para el gran problema que nos aqueja.
    Un Pacto para la gobernabilidad y el desarrollo político, económico y social de Veracruz, de cara a la edificación de una nueva realidad para los veracruzanos, es el elemento que dará sustento y contenido a la serie de acciones que todos juntos y unidos tenemos que provocar y realizar para que la Entidad vuelta a ser no sólo el granero de la nación sino el referente regional y nacional en lo político, en lo económico y en lo social.
    Pacto que se dedicará a funcionar como la carta de navegación que produzca transitar, en la transición, por la ruta menos sinuosa, por la vereda sin rumbo, por la autopista sin temas, sino por el camino fecundo que debe llevar a los destinos de la Entidad, y de sus ciudadanos, e un mejor porvenir en todos los sentidos.
    Pacto que no se puede entender sin la concurrencia, que no ocurrencia, de todos y todas las que hacemos el día a día de Veracruz; en donde las fuerzas políticas, económicas y sociales, los tres rubros fundamentales de Veracruz, produzcan un camino hacia un mejor crecimiento, un mayor bienestar con más desarrollo.
    Pacto, en el que el principal empleado de los veracruzanos, se limite única y exclusivamente a coordinar los trabajos de los mismos y no a intentar impregnar al mismo, al Pacto, de su idiosincracia, ideas y forma de ser y de hacer un gobierno que sólo con nuestra audiencia puede llevar a cabo y realizar de la mejor manera y de una forma menos dolorosa para los que en Veracruz habitamos.
    Pacto en donde hable Veracruz en beneficio de Veracruz

    Repensar el pensar…

    A escasos 5 meses de dejar el poder la actual administración gubernamental tiene la obligación no con el que llega, sino con quienes los eligieron hace 6 años, sus empleadores, sus contratantes de dejar las cuentas claras, para que ahora si las amistades sean largas…
    Interesante será observar el pensar de todos los convocados a reunirse con el próximo empleado de los Veracruzanos; desde allí comenzaremos a vislumbrar, y a repensar el pensar, la hechura o no de un Pacto para la Gobernabilidad y el Desarrollo de Veracruz…

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