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    Urna diputados

    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

    Los recientes comicios para gobernador del estado y diputados locales en Veracruz resultaron un buen termómetro para medir los escenarios regionales, en el marco de las contiendas de 2017, cuando serán renovados los 212 ayuntamientos de la entidad, alcaldías, sindicaturas y regidurías.

    El 4 de junio del año entrante, los veracruzanos volverán a las urnas; esta vez para votar por las autoridades más próximas al ciudadano; es decir, por los responsables de los gobiernos municipales.

    De entrada se observa sumamente complicado que los resultados de la elección municipal inmediata anterior, la de 2013, se repitan en Veracruz; primero, por la nueva realidad de los partidos políticos; segundo, por el cambio en el poder ejecutivo del estado; y tercero, por el desplome del Revolucionario Institucional y por el crecimiento del Movimiento de Regeneración Nacional en los últimos dos procesos electorales, el federal de 2015 y el local de 2016.

    Recordamos que al terminar la jornada electoral el domingo 7 de julio de 2013, la coalición integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Nueva Alianza y Verde Ecologista logró 93 ayuntamientos; Acción Nacional alcanzó la victoria en 45; en tanto que el Sol Azteca consiguió 33 triunfos, la mayoría de ellos, casi todos, en municipios muy pequeños. El Movimiento Ciudadano ganó 17 alcaldías; Alternativa Veracruzana, 16; el Partido del Trabajo, 5; y el Cardenista, 3.

    Ese resultado favorable al PRI en dichas elecciones municipales también se produjo en el proceso para diputados locales, dado que el tricolor colocó a 20 legisladores; y sus aliados a otros 7 (4 del Verde y 3 de Nueva Alianza). Acción Nacional sólo obtuvo victorias en 3 distritos, en tanto que el PRD se quedó sin representación por mayoría relativa, únicamente dos plurinominales, casi nada.

    Sin embargo, para 2017 se vislumbra un escenario completamente diferente, tomando en cuenta los resultados del presente año. Así las cosas, se espera que entre Acción Nacional y el Movimiento de Regeneración Nacional se repartan la mayoría de los ayuntamientos de la entidad. Es predecible que el PRD otra vez vaya en alianza con el PAN, como ya lo adelantó el dirigente estatal del Sol Azteca, Rogelio Franco Castán, aumentando sus posibilidades en más municipios, debido, entre otros factores, a la inercia del voto a favor.

    La recomposición

    Cuando Miguel Ángel Yunes Linares llegue al gobierno estatal el primero de diciembre del presente año, asumirá el cargo con dos objetivos perfectamente definidos: cumplir su promesa y su bandera de campaña, el ajuste de cuentas a quienes han sido señalados por el saqueo y el manejo irresponsable de los recursos públicos; y preparar las sucesión estatal de 2018; antes de esta última meta, el panista tendrá que organizar y mover las piezas de su tablero para alcanzar la victoria en la mayoría de los ayuntamientos veracruzanos, sobre todo en aquellos municipios considerados como los más importantes en términos demográficos y, por tanto, presupuestales: Veracruz (610 mil habitantes), Xalapa (480 mil), Coatzacoalcos (320 mil), Córdoba (218 mil), Poza Rica (200 mil), San Andrés Tuxtla (165 mil), Tuxpan (162 mil), Papantla (162 mil), Minatitlán (158 mil), y Boca del Río (142 mil), entre otros. Esos diez ayuntamientos tienen, en total, más de dos millones 600 mil habitantes, 32 por ciento del total del estado.

    Así las cosas, el actual gobernador electo tendrá que llegar prácticamente a preparar el camino para conservar el poder ejecutivo veracruzano, ganar la ansiada mayoría en el congreso local y los ayuntamientos más poblados del estado.

    La empresa no resultará fácil para el panista, porque ni con la alianza con los perredistas habría altas probabilidades de ganar en lugares como Coatzacoalcos, Minatitlán y Xalapa, donde Morena ha sentado sus reales.

    Escenarios probables

    Habría que mencionar que hay otras regiones y municipios veracruzanos donde el PRI logró mantener cierta hegemonía; Pánuco, por ejemplo, es terreno de García Guzmán y compañía; en Álamo parece que el liderazgo del actual diputado, Jorge Vera Hernández, terminó por perder gas; Perote sigue siendo la parcela del senador José Francisco Yunes; mientras que Tantoyuca, Papantla y Misantla, con amplias zonas rurales y población empobrecida y marginada, mostraron, en la elección del presente año, que el PRI sigue siendo una fuerza competitiva.

    Pues bien, las elecciones municipales de 2017 en nada se parecerán a las de 2013; los resultados se esperan totalmente diferentes, dada la recomposición del mapa político electoral de Veracruz; por otro lado, muy difícilmente el Revolucionario Institucional logrará reorganizarse a tiempo para enfrentar con éxito dicho proceso , para cuya jornada faltan menos de doce meses. Cuando mucho, en febrero o marzo, el tricolor deberá definir el tema de las candidaturas, ya sin la opinión determinante de un gobernador priista, que a estas alturas ya tiene las maletas en la puerta.

    Ante el mencionado escenario, es probable que el peso de los alcaldes priistas de los municipios más poblados aumente de manera significativa.

    Por cierto, en unos días veremos cómo se intenta reorganizar el priismo veracruzano a partir de dos liderazgos estatales, el senador José Francisco Yunes Zorrilla y el ex candidato a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, quien está próximo a retornar a su espacio en la Cámara Alta.

    Esa reorganización priista, nos dicen, comenzará con la renovación del Comité Directivo Estatal. @luisromero85

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