Luis Manuel Toto Pólito
Observatorio
Ahora que se ha echado abajo la propuesta del aún gobernador Javier Duarte de Ochoa por reemplacar a los automotores que circulan en la entidad, una maniobra que algunos veracruzanos agradecen al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, resulta perceptible que la lucha por el poder y las descalificaciones continúan entre estos dos políticos, pero esta historia no debe continuar, ya que la ciudadanía necesita propuestas, hechos y obras, dejando atrás el mandato de los saqueadores.
Resultaría irrazonable y poco ético que el estadista Miyuli inicie, haga y finalice su breve mandato con acusaciones, luchas, dimes y diretes y chismes de lavadero contra quienes presuntamente robaron al estado, ya es momento de cambiar el rumbo y que las discusiones en medios de comunicación se acaben, como lo indiqué anteriormente: el gobernador electo tiene que cambiar de estrategia, no seguir abonando al enfrentamiento que podría llegar a encender Veracruz al inicio de su administración, no debe poner el ejemplo ni convertirse en un Nerón.
La luna de miel ya ha concluido, ya triunfó el PAN, demostró que el hartazgo político contra el PRI rindió frutos y que entorno a esto ahora sigue el trabajo pesado y la rendición de cuentas además del cumplimiento del compromiso, tal y como ocurre en un matrimonio, un matrimonio que debe trabajar en torno y abrazando a Veracruz.
Ya que de lo contrario Miguel Ángel Yunes Linares se estaría divorciando frente a un pueblo creyente y originalmente tradicionalista, al que le han fallado pero que ha retomado las riendas de su vidas política, que ya supo por primera vez lo que es cobrar con intereses la falta de sensibilidad, seriedad y trabajo.
Nosotros como sociedad tampoco podríamos esperar que las cosas ocurran sin dinero, por ello soy un creyente que Miyuli podría estar en este momento sentado con Enrique Peña Nieto, no por agendas políticas que siempre han estado en primer lugar, sino para conseguir que las obras y acciones que no hizo su predecesor sean investigadas, pero más allá de ello que se cumplan y se pacte para que exista la posibilidad de darle a Veracruz la oportunidad de crecer realmente.
El gobernador electo tiene en sus manos la posibilidad de extender su estrategia política hasta el 2018 y más allá, o de verse como el hombre soberbio, arrogante que quiso mandar a Veracruz por capricho, una percepción que incluso otra porción de veracruzanos tiene de Miguel Ángel, pero esto ya lo sabe él.
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