Luis Alberto Romero
Hora Cero
Más tardó Javier Duarte de Ochoa en animarse a hacer pública su declaración patrimonial y presentar su 3 de 3, fiscal, patrimonial y de intereses, ante Transparencia Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad, que estos organismos en rechazar los papeles enviados por el gobernador de Veracruz.
Por la mañana del pasado viernes, los organismos que promueven la Ley 3 de 3 declararon que no aceptaron la declaración del ejecutivo veracruzano, en virtud de que diversos espacios del formato, como los que le pedían la información sobre su cónyuge y familia cercana, fueron enviados en blanco; por ejemplo, la información turnada por Duarte no contenía ingresos, inversiones y bienes de la presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Karime Macías Tubilla.
Por ello, el IMCO determinó que no aceptaría la declaración del gobernador veracruzano, quien buscó el aval de dicho organismo luego de las críticas que le atribuyen una cuantiosa fortuna, así como diversas propiedades.
La semana pasada, un diario de circulación nacional difundió información que apunta a una presunta red de prestanombres con que se habría pretendido ocultar la fortuna del ejecutivo estatal; se habló, incluso, de una investigación al respecto por parte de la Procuraduría General de la República.
En respuesta, Javier Duarte diseñó un intento de control de daños: primero, hizo pública, el pasado miércoles 27, su declaración patrimonial; y segundo, presentó su 3 de 3 ante el IMCO, un día después, el jueves 28.
En su declaración patrimonial, el gobernador habló de ingresos anuales por poco más de 2 millones 272 mil pesos; joyas y monedas por otros dos millones; dos casas con un valor total de un millón 700 mil; así como tres vehículos automotores.
Como segunda parte de esa misma estrategia, el área de comunicación social del gobierno estatal anunció la presentación de la declaración 3 de 3 por parte de Duarte de Ochoa.
Por supuesto, los mismos datos que contiene la patrimonial fueron incluidos en su declaración 3 de 3 del mandatario de Veracruz; sin embargo, el hecho de presentar esos documentos ante Transparencia Mexicana e IMCO no significa que, en automático, dichos organismos avalen lo dicho por Duarte; de hecho, Alexandra Zapata, investigadora del IMCO, anunció que por estar incompleta, por dejar recuadros en blanco, la declaración del ejecutivo estatal no sería aceptada y menos validada.
Duarte seguirá apareciendo en la lista de los 19 gobernadores que no han presentado sus declaraciones fiscal, patrimonial y de intereses; sin embargo, su mayor problema en el tema de la transparencia es la nula credibilidad que despierta su palabra.
Habría que agregar que en amplios sectores de la opinión pública fue visto el contenido de la declaración patrimonial presentada hace una semana por Javier Duarte como una mala broma, una burla, una tomadura de pelo.
Finalmente, qué razón tendrían los veracruzanos en creer en el titular de un gobierno que ha sido tan denunciado y señalado por todo tipo de irregularidades, desde el pago a empresas fantasma hasta el simulado regreso de recursos a la federación.
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