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    Ricardo Vázquez Salazar
    Esfera Política
    Nos sentimos muy honrados por el hecho de que nuestra columna sea tomada en cuenta por Trans-Border Freedom of Expression Project, University of San Diego.
    Continúa sonando la más insistente especulación entre la población, que algo ha de saber el cónsul de México en Barcelona, el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, sobre el futuro inmediato de su sucesor Javier Duarte de Ochoa; o tal vez preocupado por él mismo, para curarse en salud e intentar deslindarse de su alumno “consen”, al que le heredó la gubernatura de Veracruz.
    La entrevista a Fidel Herrera, publicada el pasado 23 de julio en El Economista, en la que respondió lo que quiso, con ocurrencias como acostumbra, declaró: “Javier Duarte no fue lo que yo esperaba y en medio pues hizo cosas que no tenía que hacer”, dijo “El Tío” en la entrevista.
    La ciudadanía está plenamente consciente que la estrategia de Fidel le resultó tal y como lo había planeado: estaba absolutamente seguro que Javier Duarte podía fallarle a los veracruzanos, pero a él, jamás.
    Aquella famosa expresión multicacaraqueada por Herrera Beltrán: “Vamos bien y viene lo mejor”, la realidad lo desenmascaró en un fatídico: “Vamos mal y viene lo peor”.
    Fidel Herrera no da paso sin guarache, se comenta entre la clase política. Será acaso que está teniendo problemas para conciliar el sueño, por dos razones sencillas:
    Porque Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo, se la tiene sentenciada desde hace más de una década. Yunes ha confirmado que auditará la actual y la anterior administración estatal. No se sabe a quién le tiene más ganas de meter a la cárcel, si a Fidel Herrera o a Javier Duarte.
    La segunda razón es que en el Altiplano tienen muy claro que al ex candidato del PRI a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, lo dejaron solo los de su mismo partido –así, escrito con minúscula-. Los “muchachos” de Fidel, algunos de estos hoy diputados federales, locales, otros, alcaldes, no movieron un dedo para apoyar a Héctor. Fueron “fieles” a su jefe.
    La ciudadanía confirma esto, como ejemplo está el distrito Xalapa Rural, en el que Adolfo Mota Hernández, diputado federal, otro de los discípulos predilectos de Fidel, sigue sin volver a poner un pie en su distrito, desde que les fue a pedir el voto durante su campaña.
    A Fidel también le preocupa que en la cúpula del tricolor lo consideren corresponsable del debacle electoral reciente.
    La exculpación de Fidel Herrera es tan admisible como los resultados de la Cuenta Pública de la administración estatal de los últimos 10 años. Diez porque el resultado de 2015 no existe.
    Los descargos de Herrera Beltrán son tan claros como los 110 millones de pesos destinados a la construcción del Hospital Naval, que no existe; como los 500 millones para la edificación del Hospital de Alta Especialidad; o los incuantificables miles de millones asignados para el Túnel Sumergido; tres obras proyectadas para Coatzacoalcos, de las que el Túnel Sumergido –en la corrupción- sigue engullendo demasiado dinero después de 12 años de haber iniciado su construcción, sin que se le pueda ver una luz que indique para cuando se termine.
    La justificación de Fidel es tan honesta y transparente como el negocio del agua potable en Veracruz puerto y Medellín, hoy a cargo de grupo MAS, conformado por las empresas Aguas de Barcelona y Odebretch Ambiental, esta segunda involucrada en escándalo de corrupción en Brasil; en Veracruz no están invirtiendo un peso, pero sí gestiona un préstamo para trabajar, otorgando como hipoteca los bienes del extinto Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano, SAS, propiedad de los porteños.
    El colmo es que no traen ni herramienta para trabajar, así quedó demostrado este fin de semana, en que personal de grupo MAS hizo un boquete en la barda perimetral para tener acceso a la bodega de SAS, para extraer herramienta y material para utilizarlo, sin ninguna autorización de por medio.
    El compromiso fue que Aguas de Barcelona y Odebretch Ambiental llevarían a cabo una inversión inicial superior a los dos mil millones de pesos en los primeros tres años. Ajá.
    Los jarochos seguirán bailando con la más fea, a ritmo de sardana y samba, al preguntarse: ¿Quién se va a quedar con los más de mil 100 millones de pesos, producto de la cobranza que harán a los usuarios de agua, por recibos vencidos?
    ¡No tienen llenadera!
    Como si no existieran en la entidad veracruzana gente capaz y empresas que se puedan hacer cargo del trabajo tan “complicado” del manejo del agua en los municipios de Veracruz y Medellín.
    Han transcurrido casi 500 años desde que llegaron y nos “conquistaron”, entraron por la costa de Veracruz, como hoy.
    Parece que no hemos madurado.
    rvazquez002@yahoo.com.mx

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