Cecilia Muñoz
Polisemia
¿Alguna vez ha tenido la impresión de haber visto una película sorprendente, tan buena que podría verla varias veces en una sola tarde? A mí me pasa lo mismo con Suicide Squad. Pero con los trailers de Suicide Squad.
Y eso que al principio, la película parece prometer. La presentación de los diversos antihéroes que la protagonizan es amena y divertida, con ese toque que los trailers y teasers prometieron meses atrás. El problema es que las mejores escenas están en ellos y que en la cinta ya no queda prácticamente nada que resulte atractivo.
Además, desde el inicio se resiente la actuación de Cara Delevingne (Enchantress), la cual se siente débil en comparación con la de sus compañeros… aun así, durante los primeros minutos todavía parece salvable.
La segunda parte de la película, sin embargo, cae en picada desde su primera escena de “acción”, que parece estar insertada en la historia sólo para mostrar las habilidades de combate del Escuadrón Suicida… habilidades que no resultan particularmente llamativas en ningún momento de la película. Si acaso, podríamos admitir algo de emoción en la escena en la que Harley Quinn pelea sola.
Por supuesto, no todo es malo: la interpretación de Will Smith como Deadshot, líder improvisado del escuadrón, se lleva las palmas, especialmente gracias a que cuenta con suficiente tiempo en pantalla para que el personaje revista cierta profundidad, faltante en sus compañeros; quizás demasiados para lograrlo con éxito. Su alianza con Harley Quinn resulta interesante, aunque ésta parece más bien utilizada como elemento “girly” y sexy de la película: coqueta e inocente, pero sensual y peligrosa. Y es una lástima que el trasfondo psicológico de este personaje apenas fuera insinuado. Sin embargo, es comprensible dada la forma en que se presentó la relación que tiene Harley con The Jocker: los enemigos de las fans de Harley y quienes alertan que el personaje es todo, menos emulable, pasan por alto que en la película ambos villanos parecen estar locamente enamorados uno del otro, especialmente The Jocker en sus pocas intervenciones… Si bien la bondad del personaje de Jared Leto puede ponerse en entredicho en éstas.
Hacia el final, la sensación de hartazgo puede bajar un poco gracias a la actuación de El Diablo, quien sorprende no sólo demostrando poseer una lealtad hacia el escuadrón suicida que podría parecer excesiva, toda vez que acaba de conocer a sus integrantes, sino también a que el misterio de su poder apela inmediatamente al humor del público hispanoamericano… Aunque al respecto, tendríamos que señalar que la combinación de magia-divinidades-metahumanos que la película propone puede sentirse como demasiado.
En resumen: ¿sabía usted que un fan demandó a la Warner Bros tras ver Suicide Squad, argumentando haber sido engañado por los trailers? Parece un poco excesivo, pero una vez vista la película, uno se siente tentado a exclamar: “¡Con razón!”.
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