Sheyla Fuertes Lara
Mujeres que saben latín
En las últimas semanas hemos leído y escuchado el discurso de los jerarcas católicos que llaman a su feligresía a defender a la familia, tal como ellos la consideran, a marchas nacionales para intentar echar abajo la política del gobierno federal a favor del matrimonio igualitario; la recién aprobada en la legislatura veracruzana, para defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, así como evitar algún cambio en la educación básica, que no sea la que ellos consideren adecuada.
A las mujeres y hombres de las organizaciones civiles y quienes trabajamos desde algunas instituciones nos preocupan los mensajes de los líderes católicos, porque son una afrenta al estado laico, además de ser discriminatorios de los derechos humanos para todas las personas, ofrecen información basada en prejuicios morales.
Hace unas semanas en una reunión de la Iglesia con jóvenes acólitos, les llamaba a defender a la familia como ellos la ven, a no aceptar el matrimonio igualitario, ni otro tipo de manifestación de género, fomentando el odio hacia la comunidad lésbico gay, bisexual, intersexual, transgénero e intersexual y a no cuestionar estas ideas.
Pero no todo está perdido, afortunadamente hay otro tipo de jóvenes, como son quienes integran la organización de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género, que se presentará en Xalapa la próxima semana, y de diversas asociaciones civiles como la de Todos Podemos.
Reconozco que me sorprendieron, por las ganas que tienen de informarse, de aprender, de conocer las problemáticas sociales y de cómo la perspectiva de género va formando parte ya de su vida, es decir, esa mirada con la que vemos las diferencias que aún existen entre hombres y mujeres.
Por un lado, unos jóvenes que tienen que hacer caso a un discurso discriminatorio, retrógrada, en el que la interpretación de los líderes ni siquiera es la adecuada, donde queda ¿el amarás a tu prójimo como a ti mismo?
Y por el otro, una juventud crítica, informada, con plena conciencia del marco de respeto de los derechos humanos, de la laicidad del estado, de la prevención de la violencia y de que es necesaria la igualdad sustantiva, es decir, igualdad de derechos para todas y todos.
Al escucharlos, sé que es posible contar con personas con una mentalidad reflexiva, que cuestionen, que argumentan desde la ley y los tratados internacionales que México ha firmado y que se tienen que hacer valer. No desde el dogma religioso.
Y es que algunos no quieren comprender nuestro discurso. No estamos en favor de la muerte. Estamos por el derecho a decidir, sobre todo en el caso de mujeres que por falta de recursos no tienen acceso a métodos anticonceptivos, a servicios de salud, para quien sufrió una violación pueda ejercer su derecho a la interrupción legal del embarazo, como lo marca la ley y no se obstaculicen las causales.
Queremos que cada persona decida con quien estar, si quiere o no casarse, tener o no hijos, hijas, que pueda ejercer su libre albedrío tal como lo estipulan los mismos preceptos religiosos.
Cada quien puede profesar la idea religiosa que desee, pero lo que no pueden hacer quienes están en los niveles de gobierno, es llevar esas ideas a la aprobación de leyes y a la aplicación de políticas públicas.
El mundo está cambiando, no podemos regresar a la época de la inquisición, donde las personas que cuestionaban era decapitadas o quemadas, sólo por no compartir las ideas establecidas por la religión.
Hay un desconocimiento de nuestras leyes, de los derechos humanos, pero creo que la juventud actual puede contribuir para que esta sociedad cambie, estoy segura que cada día serán más mujeres y hombres que lean, que estudien, que se informen, que alcen la voz, porque sólo así tendremos un mundo más justo e igualitario.
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