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    Rafael C. Zugasti

    El Red Room

    Se nota que los tiempos de campaña y los tiempos de ejercer, o prepararse para ejercer (si así lo llegase a establecer el TRIFE), el poder son sumamente diferentes.

    Ayer quedaron las respuestas fáciles donde para todo se tenía la solución perfecta, idónea y puntual. En el ayer se perdieron los discursos combativos, delirantes y echados para adelante en donde cualquier problemática social era pacata minuta para la capacidad que se ofertaba tener para gobernar.

    En el ayer quedaron, también, los análisis sin fundamento de causa, sin un esquema de acción que tuvieran como contenido una esencia cognitiva sólida, una ruta crítica a la no ocurrencia de la ocurrencia y lo más importante, un manejo integral de crisis en caso de que el panorama se descompusiera de más.

    Los tiempos de campaña, hoy queda demostrado con el consuetudinario conferencista de prensa, son diferentes a los tiempos de formular un esquema para ser y hacer gobierno.

    Ante ello, lo que nos asalta a la duda es: en primer lugar, por qué se tiene un comportamiento de gladiador en el momento de buscar el sufragio y al momento de obtenerlo, aunque haya sido por un tercio de los que salimos a ejercer nuestra responsabilidad y derecho, se vuelve un cordero solicitando la ayuda de quien en el momento de campaña se denostó, la figura presidencial; y en segundo lugar, no se nos habrá vuelto a vender espejitos, de parte de ellos, a cambio del oro puro que representa gobernar, así sea por dos años, nuestra querida entidad.

    Hoy por hoy, el candidato aguerrido, echado pa’ delante, dueño de las fórmulas enteras para resolver la problemática agobiante que tiene sumergido a nuestro  Estado en el atraso, abandono y olvido del desarrollo, el crecimiento y el bienestar, resulta que solicita de pronta manera ayuda a la Federación.

    Espejos y más espejos a cambio del oro puro, me gusta que fue lo que movió la pasada elección.

    Porque si en verdad se tenía la llave mágica para darle solución constructiva a la problemática veracruzana, era en base a estudios previos realizados sobre el contexto y la situación que guardaba el Estado, las finanzas y el sistema de gobernabilidad; y no por simple verbo que no sustantivo ofrecido a los electores.

    Si ser echado pa’ delante en épocas que todo mundo quiere un justiciero es lo más fácil, cualquiera lo hace; so pena que al final pase de carnicero a res, por el simple hecho de no cumplir con todo el pliego de ofertas que a diestra y siniestra prometió realizar en beneficio de usted, de mí, de todos los veracruzanos.

    REPENSAR EL PENSAR…

    La arrogancia, elemento fundamental para poder estar en consagración con el Poder actual, cobró su primer víctima. Tan seguro estaba el ministro de Hacienda de que no se iba, que se fue.

    Se rumora por allí, que el afamado “vomitó negro” ya comenzó. Es cuestión de ver cuantos actores y “factores” del presente no dicen ni pío del futuro; qué hambre, dijera mi difunto abuelo…

     

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