Arturo Reyes González
Burladero
Sucede un día sí y otro también. Durante años lo han vivido los ciudadanos, los profesionistas de todos los niveles que tienen la suerte de laborar en el esquema de la administración pública de Veracruz, situación con la que en lo particular nunca he estado de acuerdo.
Frases como “se amable con la conta”, “no te pelees con quien te da de comer” y “hay que darle un regalo en diciembre”, ayudan a dar el mejor ejemplo del tema; el día de su cumpleaños es un desfile de presentes como sólo al titular de la dependencia se le regala y a veces hasta más que al mismo jefe, todos en las oficinas cercanas tienen que cooperar y se arma la pachanga en grande.
Siempre, no de ahora, estos personajes te dicen que no hay recurso financiero, que la situación es y está muuuy complicada, que no hay dinero para nada y que pelean y se desviven para que haya lana para lo indispensable en las áreas de trabajo. Casi te hacen creer que trabajan para los demás.
Todos los autos de la dependencia y las oficinas pueden estar jodidas, pero la suya es siempre la mejor acondicionada y ellos traen autos de máximo lujo, obvio, producto de su arduo esfuerzo.
En las salidas de trabajo a otras regiones del estado siempre les dan a los empleados un mínimo de recurso que apenas y les alcanza para comer y todavía lo tienen que justificar con facturas, bajo la misma excusa, no hay recurso; pero ellos se hospedan en los hoteles más caros y las habitaciones de lujo donde además comen sin límites.
Si no actúas conforme al ritual que la mayoría sigue para el trato con ellos (as) pagarás las consecuencias y cuando tengas que salir a realizar alguna comisión de trabajo te dirán que no hay recurso, que pongas para los gastos y después te lo recuperan, lo que puede tardar mucho o quizá nunca llegar.
En cuanto a su personalidad solo existen de dos tipos, hay los que se dicen pobres y los que de plano son descarados y ostentosos; al final, son pues virreyes de las dependencias y OPDs que conforman el aparato burocrático de Veracruz, pero lo que es igual es la fortuna con la que cuentan para que les vaya muy bien en lo económico.
Me refiero a titulares de las áreas administrativas de las distintas dependencias y OPDs que conforman el aparato burocratico de Veracruz, quienes suelen manejar los recursos públicos producto de los impuestos que pagamos los ciudadanos como si fueran de su propiedad, actuando de manera sesgada y beneficiando a los suyos, a quienes ellos quieren y se les antoja mientras que al resto los tratan como si fueran mendigos que piden limosna.
¿Y viendo este tipo de situaciones no quieren que los ciudadanos pensemos en corrupción y malos manejos en el gobierno?, ¿es mera casualidad que estos personajes acaben periodos administrativos con casas de lujo, con hoteles, restaurantes y negocios prosperos, que tengan la capacidad de realizar grandes viajes y adquieran autos de lujo para toda la familia?
Es irresponsable generalizar, espero que no todos lo sean, pero hay muchos que así trabajan.
Señor gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, desde aquí enviamos una respetuosa pero sentida solicitud y cuestionamiento; esto que líneas arriba describimos y
que usted sabe es una realidad, le consulto, ¿será algo que cambie en el nuevo gobierno de Veracruz que encabezará a partir de diciembre próximo, como parte de la oferta que nos ha planteado de austeridad, de transparencia y de honestidad?
¿Podemos contar con que no veremos ni padecerán los servidores públicos más este tipo de situaciones que ofenden a todos los veracruzanos? y finalmente, como parte del esquema de combate a la corrupción y de cambio que ofreció, ¿los empleados de nivel medio que escuchamos y supimos que en los últimos años se enriquecieron de manera evidente y escandalosa ante los ojos del resto de sus compañeros de trabajo, algunos por ejemplo de las áreas de la Secretaría de Finanzas, pagarán por los abusos cometidos?
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