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    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

     

    Gracias a las alianzas con diferentes grupos políticos regionales, en Partido Verde Ecologista ha logrado incrementar significativamente el nivel de su votación en Veracruz. En el pasado proceso electoral, por ejemplo, la postulación de Rodrigo García Escalante como candidato a diputado local significó a dicho partido más de 60 mil sufragios.

    Con esa tendencia, el Verde ha logrado pasar de 75 mil a más de 155 mil votos en los últimos dos procesos locales, el de 2013 y el de 2016, en tanto que en la elección federal de 2015, ese partido alcanzó más de 190 mil, lo que equivale al 7.77 por ciento de la votación total en ese proceso.

    Por ello, el Partido Verde se ha convertido en un aliado apetecible para cualquier otra fuerza política en nuestro país, lo mismo en elecciones federales que en las locales; recordemos que en la elección presidencial del 2000, el PVEM participó en alianza con Acción Nacional; en tanto que en 2006 y 2012, la coalición de los verdes fue con el Revolucionario Institucional.

    Probablemente por ello hay quien afirma que el crecimiento del Partido Verde es producto de esas alianzas, y no de un trabajo con las estructuras y con las bases. Como sea, esa fuerza política se ha consolidado en Veracruz y en el entorno nacional, hasta contar con 47 diputados federales, casi el 10 por ciento; 9 de los 128 senadores de la República; un gobernador, Manuel Velasco, de Chiapas; y 237 de los 2 mil 474 alcaldes del país.

    En Veracruz, el Verde está a punto de renovar a su dirigencia estatal; el diputado local Eduardo Robles Castellanos dejará dicho espacio de dirección partidista y ello abrirá paso a una nueva etapa en el partido, cuando se acerca el proceso electoral municipal de 2017.

    En el Verde todavía no dan como un hecho la alianza con el PRI y hay comentarios en el sentido de que ese partido podría medir su fuerza sin coalición alguna, lo cual no deja de resultar interesante.

    En dicho escenario de renovación de la dirigencia del partido, el nombre del regidor cuarto  del ayuntamiento xalapeño, Lino Jiménez Gómez, ha crecido de manera considerable, sobre todo porque se trata de un cuadro del PVEM que no sólo ha recorrido toda la geografía veracruzana en las campañas de su partido, sino que se ha dedicado a trabajar con las bases, fortaleciendo la llamada estructura electoral, al tiempo que suma nuevos aliados en las diferentes regiones de la entidad.

    Xico y Arturo Blanco

    El municipio de Xico ha tenido la desgracia de contar con pésimas autoridades; por ese Palacio Municipal han desfilado ya prácticamente todos los partidos políticos, excepto Morena por ser de reciente creación; de ahí en fuera, la gente del lugar ha visto de todo, algunos alcaldes buenos, que en realidad han sido muy pocos; algunos mediocres; unos malos y otros peores.

    El caso es que después del desfile de prácticamente todos los partidos en el gobierno municipal, la población de Xico sigue igual de pobre y en el lugar comentan que no hay avance importante ni en obra pública, ni en satisfactores, ni en servicios básicos, ni en calidad de vida.

    Hoy, más del 70 por ciento de la población de Xico se debate entre la pobreza y la pobreza extrema; es decir, casi 25 mil de los 35 mil habitantes se encuentran en situación precaria y más de 6 mil, en condición paupérrima.

    Por otro lado, vivir entre carencias es lo común en el pueblo mágico: sólo hay seis unidades médicas; y cerca del 35 por ciento de los habitantes no tienen acceso a servicios de salud.

    La escolaridad promedio es de 6.5 años, mientras que la media nacional es de 7.7.

    Casi 10 mil xiqueños habitan viviendas con materiales de mala calidad o en condición de hacinamiento.

    Dos de cada 10 personas de Xico no disponen de servicios básicos y lo peor es que más de 9 mil pobladores del lugar, más del 25 por ciento, no tienen acceso a la alimentación.

    Los datos son deprimentes: casi mil 300 viviendas tienen piso de tierra; 800 casas sólo tienen un cuarto; 500 no disponen de drenaje; y 450 carecen de bien alguno.

    Esa es la realidad de un municipio como Xico, que tiene una riqueza natural, cultural y gastronómica incomparable, y que por años ha soportado la llegada al poder local de grupos que poco han hacho para mejorar la calidad de vida de la población marginada y pobre.

    Debido a esa situación y al rechazo que ya provocan los partidos políticos, recientemente han surgido figuras como la del empresario Arturo Blanco Hernández, presidente de la Agrupación de Constructores de Xico y vicepresidente de Coparmex en Xalapa, que se ve ajeno a la política partidista pero que aun así está logrando construir nexos en todo el territorio municipal.

    Arturo Blanco recorre la cabecera y las comunidades de Xico, con la idea de construir un proyecto a futuro, independiente y sin la necesidad del cobijo de los partidos.

     

     

    Xalapa, capital del acuerdo

    A la capital del estado, la Federación ha transferido por participaciones y diversos fondos un total que supera los 262 millones de pesos, que no han llegado a la Tesorería Municipal porque se quedaron en la aduana de la Sefiplan.

    A tiempo, el alcalde Américo Zúñiga Martínez hizo sentir su demanda de cumplimiento e incluso hizo valer los instrumentos legales para obligar a la entrega de recursos.

    Hoy, la caldera está que arde con el inusual reclamo de más alcaldes veracruzanos por la misma causa, y la voz del alcalde xalapeño vuelve a hacerse presente al respaldar las valientes acciones que han asumido sus homólogos con quienes coincide porque “el dinero destinado a los municipios debe ser intocable”, como lo aseguró.

    Este lunes, a la una de la tarde, está programa una reunión que Zúñiga Martínez sostendrá con alcaldes de la entidad, en la capital, donde los munícipes han encontrado un aliado que tiene el propósito de alcanzar acuerdos que garanticen el cumplimiento de los recursos que deben llegar a los municipios. @luisromero85

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