Ángel Gabriel Fernández Domínguez
“En un Estado libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres”: Suetonio
El nuevo gobierno estatal enfrenta un caos. Es normal porque los señores del PAN y del PRD no sabían lo que es ser gobernantes. Tienen que aprender a gobernar… pero que lo hagan pronto porque el pueblo veracruzano no está para experimentos.
Las formas de gobernar, el estilo, el fondo, la manera de estrechar relaciones, son tratados de manera excelente en el libro-reportaje del periodista Andrés Oppenheimer: “México, en la frontera del caos”. Es un tratado de política; entiéndase que política es el arte de gobernar.
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A raíz de la agresión a un reportero en la zona sur de Veracruz –hecho que ya provocó la reacción de organizaciones internacionales de defensa de periodistas– y de la visita del gobernador del Estado Miguel Angel Yunes Linares el domingo pasado y de otros incidentes entre representantes de medios de comunicación y autoridades policiacas, para ayer se convocó al vapor a una plática impartida por una asesora jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública. El mensaje era dirigido a los reporteros de la zona de Acayucan.
Es una buen detalle del gobernador Yunes Linares y del titular de la SSP, Jaime Téllez Marié. Dicen que lo cortés no quita lo valiente. Sólo que esa intención de las autoridades estatales, de estrechar relaciones con la prensa, de orientar oportunamente a los reporteros, tuvo un efecto contraproducente.
Resulta que no todos los representantes de los medios de comunicación fueron convocados; fueron escogidos quién sabe por quién o quiénes. Se hizo en un mal momento, previo a la Navidad y cuando uno de los reporteros más importantes del medio policiaco de la zona sur, el compañero Carlos González Alonso, está pasando por un grave momento familiar.
Carlos González es reportero de El Mañanero y del diario Notisur de Coatzacoalcos; es dirigente del Club de Periodistas; es un ingeniero químico industrial y ex profesor de bachilleres que encontró su verdadera vocación en el periodismo policiaco. Es oportuno y excelente redactor.
Cuando el compañero estaba al lado de su esposa que estaba en estado de coma, le avisaron por teléfono que había una reunión con personal de la SSP para que “orientara” a los reporteros acerca del nuevo sistema de justicia penal. No iba a dejar a uno de sus seres queridos en estos momentos para ir a una plática que se puede realizar en cualquier otro momento y que además no fue a los reporteros en general.
Esa que se supone debió haber sido una charla por demás importante, resultó un fiasco, porque, insisto, no convocaron a todos los periodistas, ni siquiera a los que han sido víctimas de recientes agresiones como el reportero de Diario del Istmo Santos López Celdo. Dicen que invitaron por Facebook, pero lo correcto era un oficio hecho llegar a cada redacción.
La columnista Esperanza Arias Rodríguez, una de las mejores de la zona sur, fue invitada “por accidente”, porque se la encontraron en los pasillos del palacio municipal de Acayucan. Si no, ni se entera.
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El encargado de comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública en la zona sur, el gentil licenciado de apellido Poumián, aseveró que la SSP no fue la que convocó a dicha reunión; que fue el Mando único o la Policía Naval. Explicó que SSP y Policía Naval no son lo mismo, por lo cual no se hizo responsable de la convocatoria a dicha plática. Reconoció que sí estuvo presente, que él trajo a la ciudad a la profesionista que dio la plática y que ésta sí pertenece a la SSP…pero que el asunto era de la Policía Naval.
Realmente no importa quién haya convocado: la reunión era importante para los reporteros pero no invitaron a todos.
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El gobernador del Estado, Miguel Angel Yunes Linares, debe saber que quizá a sus espaldas —no queremos pensar que por instrucciones suyas— se empiezan a hacer intentos de limitar la libertad de expresión. Eso no es saludable para un estado de derecho ni para un gobierno republicano.
El día martes 13 del presente en el barrio San Diego asesinaron a 3 sujetos que estaban en una cantina y uno más quedó gravemente herido y finalmente murió. Ese mismo días, las autoridades, entre ellas las policiacas, convocaron a rueda de prensa no para informar cómo iban las investigaciones de la masacre, sino para “sugerir” a los reporteros policiacos que “le bajaran” en sus notas, que no dieran a conocer los hechos de manera tan cruda. Eso, señores, no es posible. Es lamentable informar de ese tipo de eventos, pero más lamentable sería no informar.
A las autoridades les “preocupa” que se dé a conocer hechos de sangre, no les preocupa resolverlos. Dan conferencias de prensa cuando les conviene, pero cuando están “cumpliendo con su labor” en los lugares de los hechos, se vuelven groseros, prepotentes y hasta corruptos.
El propio Carlos Gonzáles Alonso, en los duros momentos que últimamente le depara la vida, ha sido víctima de ese tipo de funcionarios; los ha denunciado públicamente en estas páginas, como por ejemplo los elementos de los Servicios Periciales.
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Los reporteros queremos informar. Que nadie nos limite. Una sociedad informada a medias o desinformada va al fracaso.
Estamos conscientes de que debemos respetar las leyes. Sabemos nuestros derechos pero también nuestras obligaciones.
No aceptamos “sugerencias de bajarle de tono” a los hechos; vamos a respetar a las víctimas e incluso a los delincuentes, como lo marca la nueva ley…pero que las autoridades no quieran tratarnos como retrasados mentales que deban decirnos qué y cuándo escribir.
En Acayucan no hay reporteros de primera ni de segunda; no hay premios Pulitzer o periodistas “hechos a mano”. Exigimos respeto.
Si las SSP organiza pláticas informativas, que no quieran venir a regañarnos y que invite a todos. No sólo a los periodistas “a modo”.
Sé que la gente pensante le estorba al poder.
Pero también sé porque lo decía el Maestro Gabriel García Márquez: “cuando un gobierno se pelea con la inteligencia, se lo lleva el carajo”.
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