Salvador Muñoz
Los Políticos
Dicen que este viernes han de elegir al nuevo Fiscal (o Fiscala) General del Estado. La verdad, no sé… me extravié un poco viendo series y películas en estas vacaciones de fin de año.
¿Ya vio “Los 8 más odiados”?
No sé si caiga en el género de Western rayando también en el Misterio y mezclado con un poco del Gore, muy característico en Quentin Tarantino, pero es una película que atrapa, aunque tenga más narrativa que acción… desde mi punto de vista…
De los actores, ¡ni se diga! Samuel L. Jackson, Kurt Rusell (de mis años 80 “Escape de NY”), Demian Bichir, Tim Roth (me sigue pareciendo extraordinaria su actuación en “El Planeta de los Simios” y en la serie “Lie to me”, pero creo sigue resaltando “Perros de Reserva”) y Michael Madsen (¿Recuerdan “Especies”?; bueno, igual en “Perros de Reserva” y “Kill Bill”), entre otros actores.
II
Los discursos de “Los 8 más odiados” no adormecen, sino que obligan a las conjeturas. Es más, su desarrollo hace que por un momento nos olvidemos totalmente de la política… ¡hasta que aparece Tim Roth!, interpretando a “Oswald Mobray”, el Verdugo, quien se dirige a Red Rock para ejecutar a una asesina: “Daisy Domergue” (Jennifer Jason Leigh).
Lo curioso es que se encuentra con su “clienta”, quien es trasladada por el cazarecompensas John Ruth (Kurt Rusell), pero por una tormenta eléctrica, todos los personajes se concentran en una posada.
Es cuando sin querer, en el diálogo que se da entre “John Ruth” y “Oswald Mobray”, es inevitable recordar el papel que han de desarrollar nuestros diputados, si este viernes eligen al Fiscal (o Fiscala) General del Estado, entre Tania Vázquez Muñoz, Gerardo Ramos y Jorge Winckler.
III
Permítame el lector poner los siguientes diálogos de la película:
OSWALD MOBRAY- Transportar a un prisionero desesperado y hostil como ella parece trabajo duro. ¿No sería más fácil transportarla muerta? Nadie dijo que el trabajo fuera fácil. ¿Por qué le importa tanto que la cuelguen?
JOHN RUTH- No me gusta timar al verdugo. También tiene que ganarse el pan.
OSWALD MOBRAY- Se lo agradezco. Permítame presentarme como debe de ser. Yo soy Oswaldo Mobray, el verdugo en estas partes.
Al estar tomando licor para entrar en calor, “Oswald Mobray” explica a “Daisy Domergue”, la asesina, el papel que él tiene ante la sociedad:
“John Ruth quiere llevarte a Red Rock a que te juzguen por asesinato. Y si te declaran culpable, la gente de Red Rock te colgará en la plaza del pueblo. Y como verdugo, yo seré quien te ejecute. Y si todo eso pasa, al final, es lo que la sociedad civilizada llama ‘justicia’. De cualquier forma, si los seres queridos y familiares de la persona que asesinaste, estuvieran en la puerta ahora y después de derribarla, te sacaran a la nieve y te colgaran del cuello, eso sería justicia fronteriza (*). La buena parte de la justicia fronteriza es que aplaca la sed, pero lo malo es que a veces se equivoca y a veces no…”.
JOHN RUTH- En tu caso te lo mereces pero otras personas quizás no tanto.
OSWALD MOBRAY: Pero al final, ¿cuál es la diferencia real entre las dos? La diferencia real ¡soy yo! El verdugo. Para mí no importa lo que hiciste. Te cuelgo y no tengo satisfacción porque ese es mi trabajo. Te cuelgo en Red Rock y voy al siguiente pueblo y cuelgo a alguien más allá. El hombre que jala la palanca y te rompe el cuello es un hombre desapasionado. Y esa falta de pasión es la esencia de la justicia, pues la justicia hecha con pasión siempre corre el peligro de no ser justicia.
(*) La justicia fronteriza suele referirse al castigo extrajudicial motivado por la inexistencia de ley y orden o insatisfacción con la justicia.
IV
¿Y por qué me recordó el Verdugo Oswald Mobray a la decisión que han de tomar los diputados, si se da este viernes, con relación al Fiscal (o Fiscala) General del Estado? ¡Ah! Porque si bien es cierto que esperamos que quien esté a cargo de procurar justicia en Veracruz actúe siempre de manera pronta y expedita, igual lo haga desprovisto de cualquier tinte de revanchismo, de venganza personal y por supuesto, sin que sea una extensión del Poder Ejecutivo, o peor aún, personalizado, de Miguel Ángel Yunes Linares.
Claro que si volteamos al pasado inmediato, por lo regular, nuestro fiscal o procuradores de Justicia no han dejado de ser eso, sólo un apego del Gobernador en turno dejando de ser el “Verdugo”, que sólo hace su trabajo, con la esencia de la justicia: sin apasionamientos, lo que en buen cristiano sería: sin conflicto de intereses… pero sea cual fuere la decisión del Congreso, no deje de ver “Los 8 más odiados”.
smcainito@gmail.com
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