Salvador Muñoz
Los Políticos
La leyenda cuenta que al barbechar, el campesino encontró un montón de monedas en su tierra. Llenas de lodo, las recogió y se dirigió a la tienda del pueblo. “¿Tienen algún valor?”, preguntó. El tendero tomó una, la observó; agarró otra, y lanzó su diagnóstico: “No tienen ningún valor… pero si quieres, te puedo ofrecer algunas cosas por ellas”. El campesino aceptó la generosidad del tendero. Le dejó las monedas y regresó a su casa con algo de despensa mientras esperaría el tiempo preciso para empezar a sembrar. Así, dicen en Tlacolulan, se hizo rico Vitalino Hernández Cervantes, el tendero.
II
Tlacolulan es un pequeño municipio cuya población no ha de rebasar los 15 mil habitantes. Dicen que en la comunidad de Atalpachico hay dos pirámides pequeñas, lo que podría ser su único atractivo sin que llegue a ser turístico. Hay actividad minera por el oro, plata, mármol y cobre que hay en la zona. A pesar de estar a menos de 20 kilómetros de la capital veracruzana pareciera que su desarrollo está a más de 20 años, por decir algo, más cuando el servicio de telefonía, internet o parecidos es casi nulo, inexistente, porque por ahí, a un alcalde se le ocurrió decir que “con las antenas les iba a dar cáncer a mis vacas”, aunque el verdadero sentido de mantener a la población con los servicios más primitivos es que al ser un municipio tan limitado, la federación envía más recursos.
III
No todos los ediles piensan así…
Adelfo Hernández Castillo, alcalde en el periodo 1961-64, puso todo su empeño en meter electricidad. Cuentan los grandes que era de los que gustaba de dar a su pueblo herramientas, como palos, picos, carretillas, para que trabajaran, y así se hacía. Lo curioso, la gente recibía con gusto esos utensilios.
Hay otro alcalde al que recuerdan los habitantes de Tlacolulan, Melchor Hernández Torres, cuyo periodo edilicio fue de 1992-94. La gente estaba muy contenta con su labor y todavía no hace mucho, le pedían que participara de nuevo, pero él mantuvo siempre su posición respecto a la política: “Se llega para servir una sola vez”.
IV
Los vecinos de Tlacolulan esperan en estas elecciones un cambio. No es para menos. El nuevo siglo los ha tratado muy mal. Imaginen que desde el 2001 al 2013, el poder municipal se concentró en dos hermanos: Michel y Vitalino Hernández Cervantes.
Michel estuvo en el periodo 2001-04; su hermano Vitalino, del 2005-07; repitió Michel en 2008-10; y cerró el ciclo Vitalino del 2011-13. Empezaron como candidatos del PRD, pasaron por el PRI y hasta por Movimiento Ciudadano. Cuando pensaron que con Raúl Velasco Hernández las cosas realmente podrían cambiar, se llevaron un chasco… el chiste local es que cuando llegó a Palacio Municipal, y dadas las condiciones del inmueble, siguió el consejo de los viejos que le recomendaron: “Construye tu casa… ¡la casa del pueblo!” Hoy, a lo lejos, se puede ver su mansión que destaca entre las humildes casitas de sus habitantes.
Por si esto fuera poco, al sostener una reunión con los perredistas de la localidad, entre aguardiente y refresco, decidió que el próximo candidato a la alcaldía ¡sea su hermano! David Velasco. ¡Salud!
IV
¿Una mujer? Los tlacuilos no tienen en sus anales a una mujer como alcaldesa. ¡Vamos! Se sabe que Tlacolulan fue uno de los pueblos totonacas relevantes antes de la colonia y después de ésta, tan es así, que durante la invasión francesa, fue cabecera de los poderes del Estado… pero, ¿una mujer como candidata?
La figura de Gabriela Colosia empezó a tomar forma desde que los vecinos de Tlacolulan vieron a la nieta de Adelfo Hernández y a la sobrina de Melchor, llevando con Sumando Aliados, una nueva forma de hacer política: con servicio.
Por ejemplo, este lunes, Kevin, un niño de San José de Abajo, con parálisis, ha de retomar su tratamiento, pero no en una clínica, sino en el Hospital Regional de Veracruz. Gaby Colosia será la chofer designada.
Historias como éstas hay más para contar, pero no se trata de ello, sino de ver que Tlacolulan puede acabar con esos cacicazgos donde entre hermanos se pasan una y otra vez el poder ¿y por qué no?, con una mujer. La cosa es de ir Sumando Aliados para que la distancia entre Xalapa y Tlacolulan sean realmente menos de 20 kilómetros y no más de 20 años.
smcainito@gmail.com
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