Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Instrumento mental o repetición neurótica, convertido este lunes en trending topic: “Sí merezco abundancia”, el mantra predilecto de Karime Macías de Duarte, esposa del eterno prófugo Javier Duarte de Ochoa. Manuscrito asentado cientos o tal vez miles de veces en una libreta, parte de las pertenencias de la expareja gubernamental veracruzana encontradas en una casa en Córdoba, que por lo informado, de los bienes asegurados por la Fiscalía General del Estado, lo de mayor valor serían los documentos que contienen información de inversiones, ubicación de propiedades adquiridas y nombres de personas involucradas, producto del atraco a las arcas públicas.
Javier Duarte y Karime Macías vendieron su alma al diablo, por una desmedida ambición de enriquecimiento.
Ansiaban tanto amasar una cuantiosa fortuna que, no les importó en lo absoluto causar demasiado daño a los veracruzanos, hasta llegar a sacrificar vidas humanas con tal de permitir y participar en la realización de negocios criminales para obtener más dinero.
Cegados por el estruendo del poderío económico, por ese deseo irrefrenable de querer ser inmensamente ricos, el mantra de Karime la hizo creer que estaba emprendiendo lo mejor de su vida, sin evaluar todo el mal que estaban causando.
Lo que Karime y Javier hicieron fue estropear sus propias vidas y la de toda su familia, comenzando por sus pequeños e inocentes hijos. Hicieron del mantra una desgracia familiar, por no querer darse cuenta ni aceptar que engendraban lo más amargo de su existencia.
Javier y Karime se hundieron en ese egocentrismo salvaje, estúpido y sobredimensionado. Ambos fueron incapaces de medirse y de poner un límite a su voraz apetito económico.
Cuatro meses y días lleva huyendo el matrimonio Duarte-Macías, una vez que se puso al descubierto el fatalismo que originaron.
Hoy ya se empieza a dudar de que Javier Duarte vaya a ser aprehendido o que aparezca. El tiempo que ha transcurrido despierta todo tipo de especulaciones; un prolongado periodo de evasión de la justicia que ni Joaquín “El Chapo” Guzmán se daba ese lujo.
Es insuficiente un solo detenido en el penal de Pacho Viejo, el exsecretario de Seguridad Pública, capitán “Tormenta”; porque existen cuando menos 60 cómplices que merodean despreocupados, gozan de plena libertad, algunos con fuero; operan y tejen burdo, trabajan para quien los formó en la política.
En el Altiplano no quieren reconocer que la impunidad es un valioso nutriente para el hartazgo de los veracruzanos.
El electorado se desahogará una vez más en las urnas el día 4 de junio próximo.
Karime y Javier hicieron de su mantra una auténtica desgracia, para ellos mismos y para los veracruzanos.
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