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    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

    La tragedia de Veracruz en cuanto a violencia e incidencia delictiva no se ha frenado; las estadísticas oficiales consignan la dramática realidad que hoy padecen los veracruzanos.

    El reporte de las autoridades, basado en las denuncias presentadas o las carpetas de investigación abiertas en los ministerios públicos, señala que en el periodo de enero y febrero del presente año hubo en Veracruz 261 víctimas de homicidio doloso y 38 de privación ilegal de la libertad.

    En secuestro, no hay una entidad del país que tenga cifras tan alarmantes: Tamaulipas aparece con 35; y Estado de México, con 32. Sólo esos tres estados acumulan casi la mitad de los casos nacionales, que son 217.

    De mantenerse la tendencia que presenta Veracruz este año, en los delitos de homicidio doloso y privación ilegal de la libertad, el índice al finalizar 2017 podría ser muy superior al que presentó la entidad el año pasado, cuando se denunciaron 142 secuestros y mil 522 asesinatos.

    El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer los datos de la incidencia delictiva, correspondientes a febrero del presente año.

    Si bien el reporte consigna una reducción en los ilícitos cometidos en la entidad veracruzana, prácticamente no hay una disminución en delitos como el homicidio doloso y la privación ilegal de la libertad.

    En el ámbito nacional, durante febrero se cometieron poco más de 135 mil 700 hechos delictivos; de ellos, mil 838 fueron asesinatos dolosos, en tanto que durante los 28 días de febrero las procuradurías estatales consignaron 92 secuestros.

    En Veracruz, en el mismo periodo, febrero del presente año, se consignaron tres mil 837 delitos, 109 homicidios dolosos y 13 secuestros.

    Todo eso representa, para la entidad, un aumento en los asesinatos, que pasaron de 102 a 109 de enero a febrero, lo cual indica que el promedio de casos durante el primer mes del año fue de 3.2, en tanto que en el mes siguiente llegó a 3.8.

    El secuestro conservó la tendencia: un promedio de 0.48 durante enero; y de 0.46 en febrero.

    El robo a sucursales bancarias también aumentó: en enero fueron dos y en febrero, tres. Por lo demás, hay una reducción en el número de delitos como el robo, el abigeato, el robo en carreteras, las lesiones y los delitos patrimoniales.

    La buena noticia es una disminución considerable, más del 50 por ciento, en los delitos sexuales, ya que las violaciones pasaron de 37 a 17.

    En síntesis, el problema para Veracruz, en inseguridad y violencia, se relaciona con homicidios dolosos y secuestros, casillas en las que la entidad no ha registrado avances.

    Lamentablemente, las estadísticas de esos dos delitos se mantienen muy altas durante el primer trimestre del bienio en que Miguel Ángel Yunes Linares gobernará el estado. El acumulado de diciembre de 2016 a febrero del presente año, de acuerdo con los datos difundidos por el Sistema Nacional de Seguridad Pública y aportados por la propia Fiscalía General del Estado, es de 343 asesinatos dolosos y 45 secuestros; un promedio de casi 115 homicidios y 15 casos de privación ilegal de la libertad cada mes.

    Se trata de números que dejan en evidencia la realidad de Veracruz en materia de violencia e índice delictivo, casillas en las que a pesar de los esfuerzos gubernamentales y de la llegada de los refuerzos federales, las cosas siguen igual que el año pasado, incluso peor por la mayor frecuencia y el impacto de los hechos delictivos.

    Dato ilustrativo: de los mil 838 homicidios dolosos registrados durante febrero en el ámbito nacional, 109 se produjeron en Veracruz, lo que indica que seis de cada 100 asesinatos de ese tipo ocurrieron en la entidad. En el caso de los secuestros, en todo el país hubo 92; en Veracruz, 13, casi el 15 por ciento del total.

    Se trata de información oficial, que refuerza la percepción generalizada sobre una entidad cuya población es víctima de la delincuencia y la violencia.

    Antorcha, el movimiento en Tantoyuca

    La organización Antorcha Campesina ha intensificado su movimiento de protesta contra el alcalde de Tantoyuca, Jesús Guzmán Avilés, quien se niega a autorizar la construcción de un sistema de agua que beneficiaría a la población de colonias populares en las que tiene una fuerte presencia la agrupación que lidera en Veracruz Samuel Aguirre Ochoa. Se habla de unas mil 500 familias que piden dicha obra.

    Los antorchistas de ese municipio, donde el Partido Acción Nacional ha conservado la hegemonía política por más de una década, siguen con su plantón frente a Palacio Municipal, donde permanecen por 17 días consecutivos; de igual manera, el pasado martes organizaron una cadena humana alrededor de las instalaciones del ayuntamiento.

    Antorcha Campesina, en voz de su dirigente regional, Alfonso Medina, ha denunciado la indiferencia de las autoridades municipales de Tantoyuca ante los reclamos de obras y servicios de la población.

    Es un conflicto que amenaza con escalar debido a la incapacidad que ha evidenciado ese ayuntamiento para dialogar y establecer acuerdos con los manifestantes.

    @luisromero85

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