No fue borregazo

Brenda Caballero

Números Rojos

¿Cuál es el delito de coalición? Fue la primera interrogante, al conocer que por ello había sido detenido Mauricio Martín Audirac, por acción coordinada entre las Fiscalías de Puebla y Veracruz.

Y es que aunque este delito viene desde años anteriores, retoma fuerza con la aprobación de las leyes reglamentarias de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, la reforma de la legislación de la PGR y al Código Penal Federal el año pasado, las cuales prevén castigar a funcionarios públicos que cometan tráfico de influencias, desvío de recursos, moches, contratación ilegal de deuda, enriquecimiento ilícito, entre otros, y que van enfocadas a crear finalmente al Sistema Nacional Anticorrupción.

Ahora que si vamos al Código Penal Federal, en su artículo 216, refiere a la coalición como la falta que cometen los servidores públicos de unirse para cometer algún delito o impedir la ejecución de la ley o reglamento.

Luego entonces, de acuerdo a la ley, aún faltarían otros servidores públicos en ser detenidos, con los que don Mauricio se unió. ¿Veremos más detenciones? Seguramente así será.

La siguiente pregunta obligada: ¿saldrá pronto?

Los comentarios son muchos, casi-casi para llevar a cabo una mesa de apuestas, pues mientras unos afirman que sólo permanecerá detenido un par de semanas como Leonel Bustos, otros aseguran le aplicarán la misma que a el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y que al ex gobernador Flavino Ríos Alvarado.

La sanción para quien cometa el delito de coalición es de 2 a 7 años de prisión, multa de 30 a 300 veces el salario mínimo (de 2 mil 400 a 24 mil pesos aproximadamente, depende el año del delito) además de la destitución e inhabilitación de 2 a 7 años para desempeñar cualquier cargo público; este último caso no creo que le preocupe a Audirac pues fue inhabilitado en el 2015 por 10 años por el entonces contralor Ricardo García Guzmán, además de una sanción económica por 29 millones 383 mil 981 pesos por ser omiso en su función cuando fungió como contralor del estado.

Aunque puede que a don Mauricio se le carguen más las pulgas, pues recordemos que alguien tiene que responder ante la Auditoría Superior de la Federación por todos los desvíos cometidos en Veracruz.

Debo reconocer que las fiscalías hicieron buen trabajo, pues muchos nos preguntábamos ¿por qué se tardaron tanto?

El que por cierto se oía feliz era el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien afirmó que se debe hacer justicia a los veracruzanos y castigar a los que dejaron al estado en la quiebra económica.

¿Quién será el siguiente? ¿O será que tengamos una sorpresa mayor y detengan al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, el que por cierto, afirman no se parece nadita al que usted y yo conocemos?

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